- Los refugiados provenientes de Ucrania que residen en Bilbao gracias a las instituciones tuvieron ayer un amanecer amargo con la aparición de pintadas prorrusas en los dos puntos donde están alojados, el BBK Bilbao Good Hostel de Bolueta y el albergue situado en Kastresana. Dichas pintadas mostraban el símbolo de la hoz y el martillo comunistas, en alusión la antigua URSS, y la letra Z en mayúscula, que representa a los partidarios de la invasión tras aparecer en los tanques y las tropas de Putin.

Estas pintadas estaban acompañadas además de una firma en la que se leía Antifaxistak. El régimen de Putin ha justificado la invasión en la necesidad de “desnazificar” Ucrania. Según ha podido saber este medio, ya han sido borradas y se ha denunciado el asalto a la Ertzaintza. El mismo se habría producido, por tanto, de forma coordinada y simultánea para denunciar la presencia de los refugiados en suelo vizcaíno.

“La mayoría no estaban en ese momento, pero los que sí vieron las pintadas se llevaron un buen susto”, explica Olena Shevchenko, voluntaria ucraniana que trabaja con desplazados de ese país, respecto a la situación que se vivió en el Hostel de Bolueta por la mañana. El mismo acoge actualmente a 80 de estas personas que se han visto obligadas a abandonar la zona de conflicto.

Respecto a la zozobra que sintieron, Olena señala que “conseguir venir aquí y volver a encontrarse otra vez con lo mismo es una situación difícil”. En el caso del Hostel, se trataba de una sola pintada realizada con espray rojo en la cristalera de la fachada, mientras que en el albergue el lugar atacado fue la verja de entrada, con la Z en dos colores, negro y naranja.

Olena explica que el pasado sábado el colectivo al que representa realizó una concentración en Bilbao “en homenaje a los civiles muertos por los soldados rusos”, y que ella misma ejerció de portavoz en dicho acto, un rol que suele asumir. Añade que el ataque con pintadas supone una reacción directa a esa movilización, por lo que según su opinión hay una relación causa-efecto entre ambos acontecimientos.

“No vamos a parar por esto, vamos a seguir en nuestro empeño” por mostrar el apoyo y por acoger a estas víctimas de la guerra de Putin, añade Olena, respondiendo así al afán intimidatorio de las pintadas. Respecto a la autoría del ataque de madrugada, concluye que “ya sabemos quiénes son, no tenemos ningún tipo de dudas. Si alguien tiene dudas, debería abrir los ojos”, apostilla.

Desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero pasado, más de cuatro millones y medio de ciudadanos de dicho país se han visto obligados a huir de allí y a refugiarse en distintos territorios de Europa. En Euskadi hay cerca de 2.000 ciudadanos ucranianos refugiados, también en hogares de familias vascas.