- Laura Borràs no abandona su papel protagonista en la política catalana y en el mundo independentista. Después de la polémica pérdida del escaño del anticapitalista Pau Juvillà, la presidenta del Parlament ha desafiado al Govern de Pere Aragonès asistiendo en la noche del sábado al corte de la avenida Meridiana pese a que la protesta, que reunió a 400 personas, no estaba autorizada por el departamento de Interior. Esta reivindicación que se realiza a diario desde octubre de 2019 ha visto cómo el Ejecutivo catalán le ha retirado el permiso por las molestias que causa a los vecinos, una decisión que no comparte la líder de Junts. La presidenta de la ANC Elisenda Paluzie y el diputado de Junts Francesc de Dalmasses también acudieron a la concentración, donde se escucharon cánticos a favor de la independencia y de la “libertad”, pidiendo la dimisión del máximo dirigente de la Generalitat.

Este capítulo planeará esta tarde en la conferencia donde Aragonès tiene previsto fijar cuál será su plan estratégico para Catalunya en los próximos meses, haciendo una llamada al independentismo para reconducir su unidad pero sin abandonar la apuesta por el diálogo y la negociación con el Estado español. Eso sí, el líder de Esquerra emplazará al Gobierno de Pedro Sánchez a no dilatar más la mesa como foro para dar una solución al conflicto catalán pues ser trata de una herramienta que difícilmente contará con una segunda oportunidad.

La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, pidió ayer al soberanismo caminar unidos para estudiar de manera conjunta cómo “presionar más al Estado español”. “No se tienen que buscar culpables, más cuando estos son compañeros de viaje, de proyecto, sino al contrario”, defendió en Catalunya Ràdio, señalando textualmente que el independentismo no se puede permitir renunciar a ninguna vía democrática para alcanzar la autodeterminación y la amnistía. Preguntada por la relación entre los socios de Govern, Vilalta la calificó de estable porque “más allá de votaciones concretas o de episodios” puntuales, el Ejecutivo ha podido aprobar las cuentas catalanas para 2022, eso sí, sin el respaldo de la CUP.

Por su parte, el líder del PSC, Salvador Illa, acusó al gabinete de Aragonès de falta de liderazgo en un “momento decisivo” como el actual. En un artículo de opinión en el diario Ara, sostiene que el comportamiento y la obra del Govern es “escasa y por debajo de las posibilidades de Catalunya”, e incidió en que las diferencias entre independentistas tensan las instituciones catalanas. Ante este diagnóstico, Illa rechaza la “política del enfrentamiento” y de la lamentación y aboga por lo que denomina “política del respeto por la verdad”.

“Engaño”. Artur Mas considera que la mesa de diálogo entre Govern y Gobierno será una decepción que “en este caso, correrá a cargo de ERC, que es quien ha encabezado con más fuerza” esta iniciativa. En una entrevista en el digital VilaWeb, el expresident defendió que la mesa “no tiene recorrido ni futuro para lo que se creó: encontrar una solución para el conflicto que existe entre Catalunya y el Estado”. Además, acusó a las partes implicadas de no ser capaces ni de reunir a este foro y censuró que “las pocas veces que lo han hecho no había orden del día ni ha tenido continuidad”, por lo que es un “engaño que solo permite que el tiempo pase”. Para Mas, actualmente, dentro del independentismo “no hay unidad, no hay proyecto estratégico conjunto, hay una carencia de rumbo y de norte”. A su juicio, Junts está en fase de “construcción y de consolidación, pero todavía con cierta indefinición ideológica y con algunos deberes pendientes como definir cuáles son los liderazgos de partido”.