donostia - A lo largo de sus muchos años de desempeño político, el papel de Xabier Arzalluz en la esfera estatal ha estado marcado por negociaciaciones, numerosos acuerdos y una certera visión de la dimensión política de los protagonistas de nuestra historia reciente. Para la posteridad queda aquella frase con la que resumía sus relaciones políticas con los presidentes españoles Felipe González y José María Aznar: “He conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González”.

Arzalluz, como diputado en el arranque de la democracia y como líder del PNV, negoció y cerró acuerdos con Adolfo Suárez y ofreció estabilidad política y parlamentaria a González y Aznar. Pero fue especialmente crítico con el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó de “irresponsable” y temible.

Del primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez, Xabier Arzalluz recordaba años después que al conocer su nombramiento y sabiendo que procedía del Movimiento, intuyó que “no habría nada que hacer”, que no podía haber entendimiento. Sin embargo, “las cosas fueron muy diferentes”. Arzalluz calificó su relación con Suárez de “aceptable” y reconoció que “cumplió la misión para la que fue elegido”. También admitió que “Suárez creía realmente en una autonomía política propiamente dicha, cosa que no puede decirse de todos los hombres que negociaron con nosotros el Estatuto”.

Javier Ortiz, biógrafo de Xabier Arzalluz, ante la pregunta de con qué presidente español se llevó mejor desveló que “en realidad, con el que mejor se podría decir que se llevó fue con el Aznar de los primeros meses de mandato”. “Aznar tuvo interés en contar con el apoyo del PNV para su investidura cuando realmente no le hacía falta. Quería al PNV para tener más respaldo que Felipe González en su momento. Para conseguirlo hizo importantes concesiones en sus primeros meses como desbloquear el Concierto Económico, conceder a Euskadi una red de telefonía propia como Euskaltel?”, explicó Ortiz.

En su opinión, Arzalluz “concede muy poca importancia al aspecto personal de las relaciones, hace tratos con quien cree que le pueda interesar, y da la espalda a gente que políticamente no le interesa. De Aznar decía que era un soso, pero se fiaba de él. Con Felipe tenía una relación más fluida pero, según él, no respetaba la palabra dada. Decía de Aznar que era más aburrido pero más serio. Rompieron y Aznar le cogió un odio épico”.

Antes de que ese “odio” llegara a fraguar, las negociaciones del PNV y el PP, además de CiU y Coalición Canaria, se sellaron en 1996 en una cena en el hotel Majestic, en Barcelona, poniendo fin a unas semanas frenéticas. El resultado fue que Arzalluz logró el traspaso de importantes competencias, el refuerzo del Concierto Económico y otras cesiones. El líder del PNV afirmó entonces que Aznar había pactado “de una forma que el PSOE no fue capaz”.

Nueva etapa Posteriormente, la mayoría absoluta conseguida por Aznar en las elecciones del 2000 dio paso a una nueva fase en el mandato de Arzalluz y los acuerdos de Lizarra ahondaron su ruptura con el PP. En 2003, en un acto en Forua, Xabier Arzalluz recordó que el PNV “cerró acuerdos con Adolfo Suárez, Felipe González y hasta con el propio Aznar cuando nos necesitó, mientras que ahora nos identifica con ETA”.

Mirando hacia atrás, se percibe que llegar a aquellos acuerdos con José María Aznar fue más fácil, pero el líder del PNV, tan crítico con Felipe González, también había conseguido acercamientos fructíferos y el traspaso de nuevas competencias autonómicas a cambio de su apoyo al Gobierno del PSOE. Unos años más tarde, el propio González, en la campaña electoral de Nicolás Redondo, se refirió a los dirigentes del PNV como “sus amigos”, aunque les reprochó su acercamiento a la izquierda abertzale.

Las palabras más duras de Xabier Arzalluz para los expresidentes españoles van dirigidas a José Luis Rodríguez Zapatero, a quien consideraba “débil”. El expresidente del PNV dijo de Rodríguez Zapatero tras haber iniciado negociaciones con ETA que había que “tenerle miedo” porque “es un irresponsable”. “Es más temible que el Ejército, ya que no tiene ideología ni tiene nada”, decía Arzalluz del presidente español en 2008. Para ilustrar su desconfianza en el presidente socialista Arzalluz usó una metáfora deportiva: “Con Aznar se jugaban buenos partidos de pelota, tú picabas fuerte y el te devolvía fuerte. Este (por José Luis Rodríguez Zapatero) te pone una manta al frontón y plaf, la pelota cae”.