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“Estamos contentos de haber llegado hasta aquí, nadie pensaba que iban a sentarse en el banquillo”

Este lunes arranca el juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. Se sentarán en el banquillo de los acusados seis ertzainas: tres mandos medios y tres agentes

“Estamos contentos de haber llegado hasta aquí, nadie pensaba que iban a sentarse en el banquillo”

Bilbao - Seis años y medio después, este lunes arranca en Bilbao el juicio por la muerte a causa de un pelotazo de la Ertzaintza del joven seguidor del Athletic Iñigo Cabacas Liceranzu. Sus padres Manu y Fina explican a este diario cómo encaran la vista que se alargará tres semanas.

Tras seis años y medio comienza el juicio. Se sentarán en el banquillo seis agentes, tres mandos medios y tres agentes de base. No están ni ‘Ugarteko’ ni los jefes de la Er-tzaintza en Bilbao. ¿Consideran que están todos los que deben?

MANUEL CABACAS: Como se suele decir, no están todos los que son, ni mucho menos. Ahí faltan responsables policiales y responsables políticos. Pedimos que Ugarteko se sentara en el banquillo de los acusados, que fue quien dio las órdenes, pero han decidido que no. Se ha ido de rositas. Pero, hay que decir que, a parte de esta gente que no está, estamos contentos de haber llegado donde hemos llegado. Ha sido duro y nadie daba un duro por ello.

FINA LICERANZU: Han pasado seis años y nadie pensaba que se iban a sentar en el banquillo. Yo eso le decía siempre a Jone (Goirizelaia): ¡Siéntamelos, siéntamelos! Que estén en el banquillo y luego ya veremos lo que pasa. Además, pidieron declarar en privado, pero no les han dejado. Van a tener que dar la cara.

¿Cómo ha sido el trato estos seis años por parte de las autoridades políticas? Me refiero a los responsables del Departamento de Seguridad, antes Interior

M. C.: Con Ares (consejero de Interior del Gobierno de Patxi López) fue muy poca. El día de la autopsia de Iñigo llegaron dos ertzainas y nos dieron unos números de teléfono, para que le llamáramos a él. Que le llamáramos a Ares nos dijeron.

F. L.: Cuando vi el folio con los dos números, se lo devolví a los ertzainas y les dije que era él, el consejero, quien tenía que llamar. Al día siguiente nos reunimos en el despacho de Jone Goirizelaia con él, pero fue todo muy mal.

M. C.: Fue una mala reunión. Y no hubo más contactos con él. Luego cambió el Gobierno y nos llamó Estefanía Beltrán de Heredia. Nos dio el pésame y nos dijo que su intención era aclarar todo lo sucedido. Nos dijo que en cuanto formara su equipo nos llamaría y pasaron dos años y pico. Nos reunimos con ella y Jonan Fernández nos dijo que no pensáramos que todas las viudas de los ertzainas saben quién es el que ha matado a su marido. Me dejó descolocado y le pregunté qué tenía que ver Iñigo con esas cuestiones. El tratamiento no ha sido nada bueno. Cada vez que nos ve, a Beltrán Heredia no le echa mano ni Carl Lewis. Huye, no quiere saber nada.

F. L: Y el Gobierno Vasco de ahora tampoco hace nada. Cuando estaban en la oposición hubo un amago por parte de Andoni Ortuzar, pero luego nada. Digo que son cómplices del Gobierno socialista. Idoia Mendia le echó en cara que no habían cumplido algunos de los acuerdos, pero en el caso de Iñigo sí parece que han cumplido.

Y por parte de la Ertzaintza, ¿han hablado con los mandos de la Policía vasca o con los sindicatos?

F. L.: En seis años absolutamente nadie de la Ertzaintza, ya sea mando, número o representante de los sindicatos se ha puesto en contacto con nosotros. Nada de nada. Yo quería eso, que hubieran venido a aclararme que pasó, pero nada de nada. Y eso que Ares dijo que comprometía su honor y el de Ertzaintza en aclarar lo que sucedió, pero nada de nada.

Lo dictarán los jueces, pero en su opinión, ¿fue un asesinato, un homicidio, un homicidio imprudente o una fatal casualidad?

M. C.: Desde luego no fue una fatal casualidad. Eso no fue casual. Los pelotazos fueron todos de cintura para arriba. Si no hubieran querido hacer daño no tiran a la cabeza como hicieron, hubieran tirado a los pies. La jueza imputa a los seis por homicidio imprudente profesional grave.

¿Ustedes creen que se puede llegar a determinar quién fue el autor del lanzamiento de la pelota?

M. C.: Si en su momento nos hubieran dado todas las pruebas que pedimos igual sí. Queríamos saber quiénes llevaban las bocachas, cuántas pelotas se tiraron, las grabaciones internas, escuchas. Se lo pedí todo a Beltrán de Heredia y hubiera agradecido que hubiera dicho que no nos lo daba en lugar de mirar al cielo, no hacer nada y tapar todo.

¿Cree que algún agente sabe quién fue el autor del lanzamiento?

F. L.: El que fue, lo sabe, y el que estaba al lado, también.

M. C.: Al final se sabrá porque creo que la misma Ertzaintza será valiente y dará un paso al frente. No van a estar toda la vida cargando con este peso.

No se sabe si estará entre los que se van a sentar en el banquillo, pero ¿imaginan cómo estará ese ertzaina?

M. C.: No sé si lo tendrá jodido estas semanas, pero nosotros seguro que mucho más.

¿Cómo valoran la actuación de la Fiscalía? ¿Cree que ha tenido una actitud obstruccionista?

M. C.: No arrancó mal la primera fiscal, pero solo estuvo apenas unas semanas. Quería hacer pruebas, pero se la cambió, no sé por qué. Luego la Fiscalía ha tenido una actitud apática, hasta el punto de que dijo que lo mejor era archivar el caso con una indemnización administrativa.

F. L.: Yo me agarro a que ahora vamos a tener suerte con la jueza que nos ha tocado.

La jueza aseguró que la expresión “entrar con todo” no era suficiente para imputar al mando. ¿Cada vez que oyen “entrar con todo” qué les viene a la cabeza?

M. C.: Si dices, “entrar con todo” pasa lo que pasa. Los demás actúan bajo tu mandato. Por eso no compartimos que Ugarteko, que fue quien dio esa orden, no esté en el banquillo. Además, según se oye en las grabaciones, cuando le dicen que hay una persona herida se jacta y se ríe y dice que se habrá mareado. Es humillante. Según cuenta, aquella noche actuaron como el ejército de Pancho Villa.

Sin restar ningún ápice a los méritos profesionales de su abogada Jone Goirizelaia, algunos identifican el caso con la izquierda aber-tzale ¿Con otro letrado las cosas hubieran sido diferente?

F. L.: Estamos donde estamos gracias a Jone. A nosotros nadie nos ha echado en cara haber elegido esa abogada. Además, cada abogado tendrá sus ideas.

M. C.: En una de las primeras entrevistas ya dije que, como a nosotros no nos iban a poder sacar ningún fleco de pertenencia política, algunos iban a buscar ese fleco por Jone. Barajamos muchos abogados y hemos acertado con ella.

¿Qué es lo que esperan del juicio?

M. C.: Hay un manifiesto a la sociedad civil, que hemos recibido muchas adhesiones, donde explicamos lo que esperamos del juicio. Queremos cuatro cosas: primero la verdad, que expliquen qué es lo que pasó aquella noche; que haya una reparación, que se repara públicamente por el hecho de que se ha quitado la vida a una persona; que den garantías de que esto no vuelve a pasar; y lo que es más importante, que se haga justicia.

F. L.: Siempre lo digo, seis años después ¿tan difícil es decir la verdad?

¿Se les ha reconocido como víctimas de abusos policiales?

Ahora, después de mucho tiempo. No entrábamos, ahora sí. De hecho hemos estado en el Ayuntamiento en reuniones de víctimas.

M. C.: Dentro del Ayuntamiento de Bilbao al único que tenemos que agradecer es a Ibon Areso, que se portó muy bien con nosotros. Tuvo un comportamiento muy humano e hizo un reconocimiento a Iñigo en el Salón Árabe. Azkuna, sin embargo, muy mal.

¿Les he oído decir que a pesar de los años transcurridos aún no han empezado el duelo por la muerte de su hijo?

F. L.: Es cierto, aún no hemos podido empezar el duelo por Iñigo. Hemos estado seis años corriendo de un lado a otro. Ahora tengo la cosa esa de que si el juicio no sale bien, menuda mochila que nos va a quedar para el futuro.

Se prevé que el juicio dure cuatro semanas. ¿Van a acudir a todas las sesiones?

F. L.: No sabes la fuerza que tiene un corazón. Te puedes asustar. Después de estos seis años me suelo preguntar: ¿Ya me aguantará el corazón en el juicio? Fíjate como cambia la vida, a mí nunca me ha gustado el fútbol y no sé ni lo que es un penalti. Ahora, sin embargo, veo los partidos por ver las banderolas que sacan de Iñigo en San Mamés.

M. C.: Hemos recibido mucha solidaridad. En muchos campos se saca la pancarta de Iñigo Justizia. Como dicen los amigos de Iñigo, es la última txanpa y tenemos que ir a por todas. Mi hijo no hizo nada y su imagen tiene que quedar impoluta. Además, me gustaría decir que estoy muy orgulloso de cómo ha sido el comportamiento de la sociedad con nosotros y de los medios de comunicación. Gracias a ellos hemos sabido lo que pasó y ahora solo espero que los jueces hagan su trabajo.