BAIONA. Si la Conferencia de Aiete, en octubre de 2011, eligió un escenario con importantes reminiscencias históricas, el nuevo foro convocado para el 4 de mayo será acogido por otro lugar emblemático, el palacete de estilo neo vasco que Rostand mandó construir en 1903, tres años después e establecerse en esta localidad termal para tratarse la pleuresía que padecía.
La casona, ahora convertida en museo en memoria del escritor, está rodeada de un terreno de 12 hectáreas en el que se construyeron dos jardines, uno de estilo francés y otro inglés, y en ellos se pasearon, invitados por el escritor, célebres personalidades de la época como los actores Sarah Bernhardt y Benoit-Constant Coquelin.
Por aquellas fechas, Kanbo contaba con otro vecino ilustre, el compositor español Isaac Albeniz, quien falleció el 18 de mayo de 1909 en esta localidad vascofrancesa ubicada a algo más de 40 kilómetros de la frontera.
Rostand y su esposa, Rosemonde Gérard, encargaron la decoración del palacete a los más célebres artistas del momento en Francia, como los pintores Gaston Latouche, Héléne Dufau, Georges Delaw y Jean Veber, el escultor Raoul Verlet y el herrero Vian.
El escritor vivió en la villa hasta su muerte en 1918 y, tras pasar por las manos de varios propietarios privados, la finca fue adquirida por la localidad de Cambo-les-Bains en 1961 para instalar en ella el museo dedicado a Rostand, en el que se celebran todo tipo de eventos, tal vez ninguno tan singular como el que servirá para poner punto y final, el 4 de mayo, a la negra historia de ETA.