Goierri respalda el movimiento independentista de Catalunya
Unas 3.000 personas participan en una cadena humana que unió Ordizia, Lazkao y Beasain
beasain - Cientos de esteladas e ikurriñas tiñeron ayer las calles de Lazkao, Ordizia y Beasain en la cadena humana organizada por Gure Esku Dago. En total, alrededor de 3.000 vecinos de la comarca de Goierri quisieron mostrar su apoyo y solidaridad al pueblo catalán, y de la misma manera, alzar la voz por el derecho a decidir del pueblo vasco.
Para las 12.00 horas la cadena humana ya estaba lista bajo el lema ¡Con Cataluña, nosotras y nosotros también decidiremos!, mientras los asistentes unían sus manos en mitad del fuerte viento y la lluvia que azotaron durante toda la mañana. Ordizia y Lazkao fueron los dos puntos de salida de la cadena humana. Desde ambos puntos salieron Joxe Bikuña y Julene Iturriotz, dos goierritarras de 82 años, que fueron los primeros en llevar el testigo, que fue de mano en mano entre personas representativas de diversos ámbitos de la política, el deporte y la cultura de la comarca hasta llegar hasta el bajo de la plaza San Martín de Loinatz de Beasain. En este lugar, la urretxuarra Maialen Akizu y Dani Soler, catalán que reside en Goierri, recogieron los testigos para hacer los últimos metros de la cadena humana mientras los participantes les recibían con un aplauso multitudinario y gritos de “nuestro momento ha llegado”.
de la mano Sin dejar de lado las ikurriñas y esteladas, continuaron hasta la plaza de Beasain, donde tuvo lugar el acto final del evento, a las 13.00 horas.
Una vez más, la plaza de Beasain se quedó pequeña por la gran afluencia de público. Algunos no participaron en la cadena humana pero no quisieron perder detalle de lo que ocurría en la plaza. El testigo que llegó hasta las manos de Akizu portaba un mensaje y el de Soler contenía un texto enviado desde Catalunya. Ambos leyeron el contenido provocando una marea de aplausos y gritos a favor del derecho a decidir del pueblo vasco y catalán.
En el broche final, Gure Esku Dago agradeció a todos aquellos que se acercaron e hizo una metáfora para explicar la necesidad de trabajar conjuntamente: “Cada uno de nosotros es como una hormiga, y quizás, uno solo no consiga grandes cosas; pero uniéndonos como lo hacen las hormigas, sí que lo conseguiremos”. Así, avanzaron que “nosotros no nos quedaremos mirando al tren que ha llegado a Catalunya”. De esta manera, quisieron recalcar que “el momento del pueblo vasco ha llegado” y que “nuestros compañeros nos han pasado el testigo y es hora de subirnos al vagón y alimentarlo con derechos, esfuerzo, sabiduría y energía”.
Como no podía ser de otra forma, tampoco faltaron las canciones y el acto finalizó con la canción L’Estaca de Lluis Llach, que cantaron todos los congregados al unísono.