Eibar bajo las bombas
Eibar conmemorará del 25 al 30 de abril el 80º aniversario de los últimos bombardeos que arrasaron la ciudad. Fue la ofensiva final sobre una localidad que padeció quince ataques aéreos de la aviación fascista.
el día 14 de abril de 1931 Eibar se convirtió en la primera ciudad del Estado que hizo ondear la legítima bandera republicana, pero seis años después pagó cara su osadía. Al igual que otras localidades vascas como Durango, Otxandio o Gernika, la ciudad armera fue arrasada por los bombardeos de las aviaciones de Hitler y Mussolini que, coordinadas con la fuerza aérea de los sublevados comandados por Franco, dejaron una imagen desoladora en la ciudad, destruida por las llamas y convertida en escombros.
Este lunes y martes se cumplirán 80 años de los últimos bombardeos que la aviación fascista efectuó sobre Eibar en lo que, sin duda, fue un cruel ensayo del bombardeo que asoló Gernika apenas una jornada después.
Los de abril de 1937 fueron los últimos y los más intensos, pero no los únicos bombardeos que sufrió la ciudad armera. Lo explica el reconocido historiador eibarrés Jesús Gutiérrez: “Eibar padeció hasta quince ataques aéreos durante el conflicto” y “según una información oficial del Gobierno Vasco de la época, solo los dos últimos días de ataques dejaron un total de 74 muertos y 97 heridos”.
siete meses en guerra Considerada “clave” en el aprovisionamiento de armas para las distintas Juntas de Defensa de Gipuzkoa y Bizkaia, Eibar se vio inmersa en la guerra a finales de septiembre de 1936. Para entonces la mayoría de los pueblos de Gipuzkoa ya habían sido conquistados por las fuerzas golpistas. De hecho, esos días solamente resistían a los ataques fascistas Elgeta y la ciudad armera, que tras la llegada del frente fue “primera línea de combate” durante siete largos meses; “hasta abril de 1937”.
La llegada de los sublevados coincidió con la orden para la evacuación de la población civil eibarresa, que trató de huir de la barbarie desplazándose hacia Bizkaia o partiendo hacia un exilio del que muchos nunca regresarían (más de 200 menores eibarreses de entre 5 y 14 años fueron embarcados en el puerto de Santurtzi con la colaboración de Cruz Roja y el Gobierno Vasco para exiliarse a países como Francia, Bélgica, Inglaterra o Rusia).
En cualquier caso, para cuando las tropas afines a Franco recalaron en Eibar la ciudad armera ya había sufrido la crueldad de la guerra. No en vano, el primer ataque aéreo sobre la ciudad se produjo el 29 de agosto de 1936. Ese día, explica Gutiérrez, “dos aviones lanzaron una veintena de bombas que dejaron un muerto y ocho heridos”. Fue un primer aviso; toda vez que “durante la ofensiva de finales de septiembre para ocupar los montes que dominan las alturas de la ciudad se produjeron cinco bombardeos, en octubre otros dos y en noviembre cuatro más, para consolidar las posiciones”.
En diversas ocasiones las bombas cayeron fuera de la ciudad, mientras que en otros casos alcanzaron sus objetivos: el cuartel de María Ángela y la fábrica Orbea en Arragüeta; las comisarías de la Junta de Defensa, la Casa del Pueblo, los coches del parque móvil y el puesto de mando del edificio consistorial en Untzaga, la fundición Aurrera, el barrio de Matxaria, la Escuela de Armería...
En los meses siguientes y hasta la ofensiva final de abril el casco urbano de Eibar no sufrió ataques aéreos ya que “debido a la proximidad de los contendientes en el frente del monte Akondia no se podía utilizar la aviación aérea sin peligro de provocar fuego amigo y causar bajas entre las fuerzas sublevadas”.
Pero lo peor aún estaba por llegar ya que “tras el fracaso de los sublevados en la toma de Madrid, los generales Franco y Mola deciden acabar con el frente Norte de la guerra y conquistar el resto de territorio vasco en manos de la República”.
El inicio del ataque final tuvo lugar el 31 de marzo de 1937 con el bombardeo de Durango, y las siguientes semanas se recrudeció la ofensiva. Lo explica Jesús Gutiérrez: “Elgeta cae el 24 de abril y ese mismo día la aviación fascista lanza sobre Eibar 21 bombas de 100 kilos y otras 103 de 50 kilos”, esto es, “más de siete toneladas de explosivos”.
Esa operación, realizada “bajo las órdenes del Teniente Coronel italiano Chiappini y con el visto bueno de la Luftwaffe alemana” dejó a la ciudad armera en una situación de “descontrol absoluto”. Y es que, ante la inminente llegada de las tropas fascistas, los defensores de Eibar partieron en sendas expediciones “desde Untzaga hacia Urko, Oiz y Barinaga, donde se juntaron con los ocupantes de las trincheras de Akondia”.
Por ello, “al entrar los sublevados apenas se encontraron a 150 personas en la ciudad” que, eso sí, quedó arrasada tras los ataques aéreos de los días 24 y 25 de abril.
la reconstrucción Según los cálculos realizados en 1938, antes de la guerra había en Eibar 1.756 viviendas, de las que 840 fueron destrozadas durante la contienda.
Por ello, finalizado el conflicto llegó el momento de la reconstrucción de la ciudad, que se puso en marcha con la recogida de 97.000 metros cúbicos de escombros. Estos “inicialmente fueron depositados en buena parte en la explanada adaptada al efecto en Ipurua, que desde 1.947 fue habilitada como campo de fútbol municipal, y posteriormente en Azitain”.
Sea como fuere, los eibartarras volvieron a dar muestras de su enorme capacidad para sobreponerse a las adversidades y para 1945 ya habían alcanzado las cifras de producción de antes de la guerra; “una década antes de que en 1954 España superara la renta por habitante de 1935”.
una ciudad arrasada. En la fotografía superior puede verse cómo quedó el centro urbano de Eibar tras los bombardeos efectuados los días 24 y 25 de abril de 1937 por la aviación fascista (a las órdenes del teniente coronel italiano Chiappini y con el visto bueno de la Luftwaffe alemana). Como se puede apreciar prácticamente solo quedó en pie la parroquia de San Andrés. En las dos imágenes del centro se observa el aspecto de algunos edificios del casco histórico tras los bombardeos, con algunas personas caminando entre los escombros. Por último, en la foto inferior de esta página se inmortaliza la presencia del general Mola en Untzaga plaza, con las tropas sublevadas tras entrar en la ciudad. Fotos: Indalecio Ojanguren-Archivo Municipal de Eibar / Fototeca Kutxa. Fondo Pascual Marín
25 de abril. El reconocido historiador y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Pablo Fusi, ofrecerá una conferencia bajo el título Reflexiones sobre la guerra (a las 19.30 horas en el teatro Coliseo y con entrada libre). Además, ese mismo día se presentarán los recorridos urbanos alojados en la aplicación gratuita gerrazibilaeibarren y se realizará un trampantojo en la calle Ego-gain, en la zona en la que se situó en refugio conocido como Labaderokua, donde el impacto de una bomba con retardo causó cerca de 60 muertos.
28 de abril. El teatro Coliseo acogerá a las 20.30 horas la conferencia dramatizada Eibar 1937. 80 urte, que contará con la participación de un centenar de personas. Entre ellas estarán el historiador Jesús Gutiérrez, la violinista Nerea Arriola, los integrantes de Biraka Dantza Taldea, Koro Gaztea, Kezka Dantza Taldea, Lekim animazioak e Itzamna y actrices y actores locales. Las entradas para presenciar ese espectáculo se podrán adquirir por 5 euros.
29 de abril. Este día la atención se concentrará en Untzaga plaza, que de 16.00 a 20.30 horas albergará un taller de tiza en el que todas las personas interesadas podrán contribuir a dibujar el plano de Eibar previo a 1936. El dibujo tendrá unas dimensiones aproximadas de 15 x 10 metros y será utilizado como escenario para la conferencia dramatizada que se llevará a cabo a las 22.00 horas bajo el título de Bonbardaketak. 1937 Eibar. 80 urte y con la participación de las mismas personas y agrupaciones que intervendrán la tarde del día 25 en el Coliseo.
30 de abril. Las actividades para conmemorar los 80 años trasncurridos desde los últimos bombardeos fascistas que arrasaron la ciudad concluirán con un concierto especial en el que la Banda de Música Cielito interpretará un repertorio de bandas sonoras de cine bélico (a las 12.30 horas en el Coliseo).
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