paris - La Fiscalía francesa denunció ayer el “doble juego” que practicó ETA durante la tregua de 2006, porque mientras negociaba con el Gobierno español cometía en paralelo “grandes atracos” para reconstituir las existencias que había perdido en operaciones policiales anteriores. Esos robos de armas, explosivos, matrículas o material para documentos de identidad falsos, realizados entre octubre de 2005 y diciembre de 2006, “estaban programados desde hacía tiempo”, afirmó Maryvonne Caillibotte, la fiscal del Tribunal de lo Criminal de París que juzga a siete activistas (Mikel Carrera Sarobe, Zigor Garro Pérez, Ibon Gogeaskoetxea Arronategi, Iurgi Mendinueta Mintegi, Marina Bernadó Bonada, Borja Gutiérrez Elorduy y Oihan Barandalla Goñi) por su implicación en labores logísticas.

Caillibotte añadió que con todos esos botines sustraídos “en pleno periodo de contactos” con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, la organización estaba preparándose “para un tiempo largo”, lo que cuestionaría su verdadera voluntad de llegar a un compromiso.

“Es -reiteró- un contexto de duplicidad absoluta”, puesto que ETA había decretado en marzo de 2006 un cese el fuego que no dio por acabado hasta junio de 2007. Sobre todo, porque “justo en medio de esa tregua (...) se cometieron dos actos de una violencia extrema”, indicó.

Se trató primero, el 23 de octubre de 2006, del secuestro de una familia para el robo de cientos de armas y miles de municiones a su empresa, Sidam, en Vauvert (sur de Francia), y luego el 30 de diciembre de ese mismo año del atentado del aeropuerto de Barajas, en Madrid, que causó la muerte a dos personas, rcordó la fiscal.

Para ilustrar estas intenciones, Caillibotte explicó que en octubre de 2004, al ser detenido el entonces jefe militar, Mikel Albisu, Mikel Antza, se le incautó un documento en el que había un cronograma con la estrategia de la organización terrorista hasta 2012 y que contemplaba, precisamente, una tregua provisional.

petición de penas Tras su alegato, la Fiscalía francesa pidió una pena de 25 años de cárcel para el ex jefe militar de ETA Mikel Karrera Sarobe, Ata, y de 22 años para la pareja formada por Zigor Garro Pérez, y Marina Bernadó Bonada, Doktoka, por una serie de robos con secuestro entre 2005 y 2006.

También pidió 18 años para Borja Gutiérrez Elorduy y diez años para Iurgi Mendinueta Mintegi y, al igual que para los dos primeros, reclamó al Tribunal de lo Criminal de París que dos tercios de esas penas sean de obligado cumplimiento antes de poder acogerse a beneficios penitenciarios.

Caillibotte requirió al tribunal que sentencie a seis años a Oihan Barandalla Goñi, también implicado en esa serie de robos con secuestro y en otras acciones atribuidas a la organización terrorista en Francia entre octubre de 2005 y diciembre de 2006, durante un periodo en que mantenía conversaciones con el Gobierno español. - Efe