Víctimas se reúnen con exmilitantes de Iparretarrak
Donostia. Iparralde acoge desde hace escasas fechas una experiencia de reconciliación que consiste en encuentros entre exactivistas de Iparretarrak y víctimas de esta organización terrorista ya disuelta. Tal y como aseguraba ayer la página web impulsada por Lokarri -procesodepaz.org-, esta iniciativa ha sido impulsada por la organización católica de Baiona Atxik Berrituz. Agregaba que en las reuniones que han tenido lugar hasta ahora han tomado parte Gabriel Mouesca, ex mano derecha de Filipe Bidart, líder y fundador del movimiento independentista armado Iparretarrak (IK), así como víctimas de atentados de esta organización como Jean-Pierre Marin y Joseph Maya, expertos en pacificación y dirigentes políticos.
La red ciudadana por el acuerdo, la consulta y la reconciliación se hacía eco de un programa de la emisora de radio France Culture que, con el título Víctimas y terroristas: un diálogo, abordaba esta novedosa "experiencia de reconciliación". En declaraciones a este diario, el coordinador de Lokarri, Paul Rios, valoraba que "nos ha parecido interesante porque es similar a otras acciones que se han realizado aquí, como los encuentros entre víctimas y presos de la vía Nanclares, o la iniciativa Glencree, que unía a víctimas de diferente signo como por ejemplo de los GAL y ETA".
Entre los testimonios de participantes en dichos encuentros recogidos en el espacio radiofónico se encuentra el de Jean-Pierre Marin, que aseguraba que "no quiero morir sin haber hablado con la persona que puso la bomba en mi casa o con la que decidió ponerla". Agregaba que "el dialogo podrá nacer en 5, 15 o 20 años, pero en mi opinión el perdón es la única salida". El 29 de abril de 1992, Iparretarrak hizo explotar una bomba en su casa. En la vivienda se encontraban su pareja, su hijo y cuatro de sus compañeros de escuela. No se produjeron víctimas mortales.
Difícil escuchar Joseph Maya, padre de uno de los jóvenes que estaban en la casa, aseveraba que "fue difícil escuchar a los exactivistas de Iparretarrak porque tenía la impresión de que no me prestaban atención". Por último, según el antiguo miembro de IK Gabriel Mouesca, "es un placer encontrar a las víctimas porque no somos violentos por naturaleza. No usamos las armas por nuestra propia voluntad, sino para sobrevivir frente a lo que amenazaba nuestra vida colectiva". Agregaba que "en Hegoalde la cuestión de las víctimas fue instrumentalizada por el poder político, lo que es un gran peligro porque mantiene la oposición entre víctimas y activistas".
Desde su creación en 2012, el colectivo cristiano Atxik Berrituz se ha mostrado muy activo en temas relacionados con la Iglesia y el proceso de paz.
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