Donostia. La consejera de Educación y Universidades, Isabel Celaá, presidirá hoy un acto solemne en el hotel Carlton de Bilbao en el que se dará lectura a un Compromiso por la educación para la convivencia con el que el Ejecutivo vasco pretende recomponer la unidad entre los agentes educativos, seriamente dañada tras la reformulación del Plan de Educación para la Paz del Gobierno de Ibarretxe. El nuevo Plan de Convivencia y Deslegitimación del Terrorismo, aprobado con un precario consenso, perseguía acomodar el texto del anterior director de Derechos Humanos, Jon Landa, a los postulados de tolerancia cero que inspiran el Acuerdo de Bases entre PP y PSE.

Ahora, tras el anuncio de ETA del cese de su actividad y el paso adelante que pretende dar el lehendakari con su plan de paz, el Gobierno Vasco trata de reubicarse, y en ese intento ha enviado a una veintena de sindicatos, asociaciones de profesores y padres o colectivos pacifistas un texto en el que se eluden referencias al terrorismo, y que se centra en reforzar la convivencia entre diferentes en las aulas.

Con esta marcha atrás en su intención inicial de orientar la educación en convivencia en los colegios casi exclusivamente hacia el rechazo al terrorismo de ETA, Celaá ha logrado la adhesión de la mayoría de agentes interpelados, entre ellos CCOO y UGT, la UPV/EHU, la Universidad de Mondragón y la de Deusto -los tres rectores estarán presentes en la firma-, la Fundación Fernando Buesa, Gesto por la Paz, Baketik, el Consejo Escolar o las patronales de la enseñanza concertada.

La intención del Departamento de Educación es escenificar una imagen de unidad mediante la lectura conjunta del texto, de apenas tres folios, y la posterior firma de los agentes educativos, un acto de corte protocolario del que se han desvinculado ELA, LAB y STEE-Eilas, tal y como confirmaron a este periódico fuentes de la propia Consejería.

La central que encabeza Txiki Muñoz envió ayer una nota en la que denuncia que el texto se les pasó hace apenas una semana y que Educación se negó a "hacer ninguna reflexión previa sobre lo realizado hasta el momento, sin proponer debate alguno y sin trazar ningún itinerario a realizar en adelante". El sindicato abertzale cree "legítimo y necesario que tanto el Gobierno Vasco como Educación revisen el camino recorrido hasta el momento y quieran trazar un nuevo itinerario", pero juzga "inaceptable pretender hacerlo en torno únicamente a un texto, sin ninguna reflexión ni debate previo".

"confrontación" ELA recordaba en su comunicado que "los pasos dados hasta el momento por el Gobierno y el Departamento de Educación, más que buscar el diálogo, el acuerdo y la colaboración han respondido a intereses ideológicos y partidistas, creando tensión y confrontación en la sociedad y en la comunidad educativa", y pone como ejemplo de esa actitud el Plan de Convivencia "todavía vigente". El sindicato denuncia "la lectura parcial y partidista que se hacía del conflicto y la utilización de las víctimas, que suscitó la oposición de gran parte de la comunidad educativa y fue impuesto sin acuerdo".

Desde STEE-Eilas, su portavoz, Belén Arrondo, explicó a este diario que el sindicato vasco de la enseñanza rechazó asistir a la firma de este mediodía "más por lo que no dice que por lo que dice". Según Arrondo, el texto que se pidió firmar "en cuatro días nada tiene que ver con la práctica del Departamento, unilateral tanto en lo que se refiere a la convivencia como a la implantación del marco trilingüe, del programa Eskola 2.0 o a los recortes en la función pública". Arrondo considera que se ha buscado "una aparición pública deprisa y corriendo", un movimiento "carente de seriedad" por cuanto "no ha traído consigo un trabajo previo". Por ello, el sindicato ve en la presentación de este mediodía "una intencionalidad política evidente".

Arrondo afirmó que las propuestas de STEE-Eilas "en materia de derechos humanos no han tenido eco", pero aún así aseguró que "si se quiere hacer algo serio en el futuro nos podremos encontrar en el camino".

Desde CCOO, por su parte, Pablo García de Vicuña explicaba a este periódico que el movimiento del Departamento "está en la clave de que la sociedad lanza mensajes de convivencia real en una situación histórica -el cese de ETA-, y en ese sentido se busca sumar compromisos entre las entidades que queremos pasar página sin olvidar, que buscamos un nuevo espacio de convivencia y paz".

Por su parte, Luis Santiso, secretario general de UGT-Enseñanza en Euskadi, confirmó que el sindicato que representa asumió sin problemas el texto presentado por el Gobierno la pasada semana a la comunidad educativa.

Aquel borrador, que el Departamento advirtió como sujeto a cambios de forma, que no de fondo, explicaba que "en este momento crucial en que la sociedad vasca vive con alegría y esperanza la apertura de un tiempo nuevo", el ámbito de la educación debe formar a las "nuevas generaciones de vascos y vascas" para que garanticen "una nueva era de convivencia plena y duradera para nuestro país". El manifiesto incide en que esta mirada al futuro debe sustentarse "siempre" sobre el "conocimiento veraz de nuestro presente y nuestro pasado, pues sin memoria no hay futuro, no hay libertad, no hay justicia". El texto explica que la sociedad vasca "requiere de sus instancias educativas la luz y la ilusión para alumbrar un futuro en plena libertad, donde los conflictos y las discrepancias se solventen a través de vías no violentas".

Cinco puntos El manifiesto concluye con un acuerdo de cinco puntos que asumen los firmantes, y que pasa por basar la educación en el respeto a los derechos humanos, en fomentar una actitud crítica ante la justificación de vulneraciones pasadas, en promover la empatía con las víctimas de violaciones de derechos humanos, en impulsar actitudes que sustenten la convivencia, y en concitar "acciones unitarias para asentar la cultura democrática en nuestra sociedad educativa".