ZUMAIA. Las lágrimas de la familia y amigos de Joxe Mari Korta reflejaban ayer, diez años después de su asesinato a manos de ETA, el dolor de su ausencia. Sin embargo, lejos de caer en el odio y la resignación, el círculo familiar del empresario zumaiarra quiso recordarle en este décimo aniversario de una forma especial, "reafirmando su compromiso de seguir trabajando por traer la paz a nuestro pueblo" y tomando como referencia, para ello, el espíritu del propio Korta, esto es, desde el respeto a la vida y mediante la palabra. Y además, desde la humildad, "sin mártires ni héroes. Demasiados han tenido que serlo -lamentaron- en contra de su voluntad".

El monolito de piedra en memoria de Korta, ubicado frente a su empresa en Zumaia en el mismo lugar donde ETA acabó con su vida, amaneció ayer rodeado de ramos de flores y una fotografía del que fuera presidente de la patronal guipuzcoana (Adegi) practicando una de sus pasiones, el ciclismo. En este lugar, se congregaron, un año más, familiares, amigos, vecinos, compañeros, autoridades y políticos, para "sentir su presencia" y "mantener vivo su recuerdo".

El acto de homenaje, organizado por la Fundación Joxe Mari Kortaren Bidetik, comenzó a las 12.00 horas con una concentración silenciosa, presidida por la viuda del emprendedor guipuzcoano Marian Zearreta, que estuvo arropada en todo momento por sus tres hijos y demás allegados.

Al término de la concentración que, como todos los años, se desarrolló sin ningún lema, la sobrina del empresario asesinado Esti Korta y el portavoz de la fundación Jesús Mari Mujika, dieron lectura a un manifiesto en euskera y castellano, respectivamente, en el que definieron al empresario asesinado como un "referente ejemplar".

El texto comienza recordando los diez años transcurridos sin Joxe Mari, que falleció al explotar un coche-bomba aparcado por miembros de ETA junto al suyo. A continuación, la familia reafirma su compromiso de "seguir trabajando, cada uno en nuestro entorno, por traer la paz a nuestro pueblo". Un quehacer, prosigue el manifiesto, en el que "nunca tendrán cabida quienes crean poder disponer de la vida de los demás. Nosotros no queremos mártires ni héroes. Demasiados han tenido que serlo en contra de su voluntad", lamentan.

El compromiso de la familia Korta por la paz persigue hacer realidad "los sueños de Joxemari", esto es, que las nuevas generaciones puedan ver "cumplida la esperanza de que el sueño de la paz se convierta en realidad".

Y con ese horizonte, consideran una "obligación insoslayable de todos nosotros" educar a las nuevas generaciones en valores "éticos". "Tenemos necesidad de gente honrada, emprendedora, con visión positiva, gozosa y solidaria de la vida", entre otros motivos, para "posibilitar el trabajo a los que hoy tienen la responsabilidad del futuro de nuestra sociedad", aseveran.

Un bertso en su memoria Tras la lectura del comunicado, un largo aplauso parecía poner fin al acto de homenaje a Korta cuando espontáneamente un amigo cercano de Korta Jesús Mari Olalde comenzó a cantar un bertso al empresario asesinado. Un momento muy emotivo que se repitió también en la misa previa a la concentración, que se celebró en la iglesia San Pedro de Zumaia.

De esta manera, el de ayer cerró una semana de actos para honrar la memoria de Korta. Actos que arrancaron el pasado viernes en Donostia con un acto cultural.