Jon Ander Peña y Jon Mariezkurrena sufrieron los vaivenes del Campeonato de Parejas. El mal de manos en la diestra del zaguero le sacó del tapete, pero ha vuelto por la puerta grande. Aunque perdieron su primer encuentro ante Elordi-Zabaleta (22-14), es positivo para el choque de este domingo en el Astelena de Eibar ante Altuna III-Tolosa. Ambas combinaciones se la juegan.

Han vivido media liguilla de cuartos de final del Campeonato de Parejas en el filo de la navaja y se encuentran en la misma posición en la liguilla de semifinales.

—Sí. Tal y como nos vimos antes del play-off, firmábamos estar en esta situación: entrar en las semifinales y perder el primer partido. Éramos conscientes de que podía suceder algo así, jugando a priori ante la pareja más fuerte, Elordi-Zabaleta. Se vio que están en un gran momento. De todos modos, sigo pensando que se fueron demasiado rápido en el marcador. No había tanta diferencia en la cancha. Por suerte, pudimos maquillar el resultado.

La lectura es, al menos, no tan negativa de la derrota en el Labrit.

—No. Estos últimos tres partidos han sido en los tres que mejor me he encontrado de todo el Parejas. Eso es muy positivo. Fíjese, al inicio del campeonato, que comenzamos con buena racha, no me veía tan bien como ahora. Desde Zumaia cambié el chip: estar más tranquilo en la cancha y salir a jugar lo mío. Los dos encuentros de la repesca me dieron mucha confianza. Al Labrit salté sin ninguna duda, a enfrentarme cara a cara con Zabaleta, el zaguero que más empuja. En gran parte del partido le dominé y estuvimos de tú a tú. Eso es positivo para mí, porque José Javier es un zaguerazo.

“Desde el partido de Zumaia cambié el chip: estar más tranquilo en la cancha y salir a jugar lo mío”

¡Ya le soltó a la pelota!

—Acabé contento por eso. En la segunda parte le di sin miedo. Había que hacer tantos y sacudí a la pelota. Pudimos acercarnos en el marcador.

Hay que poner en valor que ha vivido una montaña rusa y ha conseguido volver mejor de como estaba: empezó bien, llegaron problemas en la mano derecha y se recuperó para mostrar una versión sideral.

—Es muy positivo. Únicamente los pelotaris y los que están cerca saben el trabajazo que hay detrás para darle la vuelta como le he dado a la lesión. La gente piensa que nada más salir ya puedes dar el cien por cien. Hay que ver que me tuve que pasar cuatro jornadas fuera, no puedes entrenar al cien por cien y te enfrentas a manistas que llevan esas semanas jugando.

“Me he llegado a pegar dos horas y media haciendo tacos para la derecha, que me duela y volver a casa”

¿Qué trabajo le tocó hacer?

—He tratado con dos fisios: Pedro García de Logroño y Jean Aguerre de Maule. Pedro me quitó mucho y, para culminar, estuve con Jean. El primer día que fui a Iparralde me di cuenta de que tenía algo especial. Simplemente en el regreso a casa noté mejoría. A eso hay que sumar que iba cada dos días al frontón, aunque fueran diez o quince minutos para probar tacos diferentes. Me he llegado a pegar dos horas y media haciendo tacos para una sola mano, la derecha, llegar al frontón, darle del tres al tres, que me duela y para casa. Y al día siguiente repetir la operación. Ha sido duro. Esta vez me he concienciado al cien por cien para curar la diestra lo mejor posible. He trabajado física y psicológicamente muchísimo.

Prosiga.

—Ha habido varios días que me he despertado a las 2.30 de la madrugada para estar en Maule a las 5.00 o 5.30. Son sacrificios que vienen con nuestro trabajo.

El dolor, al final, marca.

—Sí. Hay gente que me pregunta por qué no doy el nivel del verano, por ejemplo, y es por las manos. Uno no para porque le da la gana. En verano estuve tanto tiempo a buen nivel porque me respetaron las lesiones. Cuando se te fastidia la mano, que fue bastante, es más complicado.

Jon Mariezkurrena y Jon Ander Peña. Unai Beroiz

¿Aparecen los fantasmas?

—Piensas en recuperarte al cien por cien, cuánto estaré de baja, a dónde tienes que ir para mejorar... Para este mal de manos me lo he tomado con tranquilidad. Cuando suspendí por segunda vez, decidí que hasta estar al cien por cien no iba a salir. Acerté.

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Habla con un veterano.

—Es mi quinto Parejas. Estoy contento con mi trayectoria y la evolución que he tenido estos años. He cogido madurez. En este aspecto ahora me siento más fuerte psicológicamente para encajar este tipo de situaciones y también los partidos de presión. Me quedan muchos años para seguir aprendiendo.