La clave estuvo en los cuadros alegres
HAY que decir que el partido fue muy bueno hasta el 14-14. Muy bueno, repito. Hasta ese punto, los cuatro pelotaris estuvieron a un buen nivel, siempre destacando a Aimar, que completó una gran actuación, y jugaron un encuentro complicado y duro que, por momentos, parecía que iba a acabar siendo realmente espectacular.
Sin embargo, tras ese momento, en el que se había visto una final del Parejas muy buena, el duelo se rompió. Y la clave de que Xala y Beroiz cayeran estuvo en los cuadros delanteros. Si bien el lapurtarra rayó a un gran nivel durante todo el Campeonato de Parejas de la LEP.M, ayer no estuvo del todo fino y no pudo con un Aimar muy acertado en el remate y en la defensa. El manista de Goizueta se llevó la txapela tras completar un partido excepcional.
Olaizola II se erigió en el gran protagonista del partido. Realizó muchos tantos, un total de 16, y demostró movilidad cerca del frontis. Apenas se le notó el hecho de haber salido de una grave lesión de rodilla hace menos de medio año. Todo ello amparado en la capacidad que tiene de seleccionar cueros. El material, para mi opinión, era demasiado corto. Incluso el que sacaron Xala y Beroiz no era excesivo. Por este tipo de pelotas con las que se disputó la final costaba mucho quitar el aire al delantero de Goizueta y, con unas pelotas que no salían de frontis ni de suelo, Olaizola II dio con la clave para hacerce con la victoria.
Por otro lado, Mikel Beroiz, encuadrado en la final en la última estación de ésta, cuando apenas quedaban cinco días para su disputa, creo que cumplió con creces la prueba que tenía entre manos. Entró sereno en la cancha, estuvo tranquilo y, en los primeros tantos, se sosegó, algo muy importante en la primera final. Y aunque Abel Barriola es Abel Barriola, lo cierto es que Mikel ofreció un nivel que no desmereció en nada a una final de tanta calidad como la que se disputó ayer en el nuevo frontón de Bilbao.
Al final, Olaizola II y Begino se llevaron las txapelas del Campeonato de Parejas de 2011 con total merecimiento, porque la ganaron los que la tenían que ganar. La nota negativa: el frontón. A mi gusto, el frontón Bizkaia fue demasiado frío, sobre todo después de que estemos acostumbrados a los de otros escenarios.