l Aberri Eguna de este año viene muy condicionado por la crisis del

Es una situación excepcional. Es necesario definir una estrategia de país compartida y actuar. Hay que tomar decisiones y afrontar el futuro con determinación.

La crisis generada por el

Estamos frente a una grave crisis económica y no somos capaces de anticipar sus características ni las consecuencias que va a acarrear; no sólo va a golpear con intensidad a las pequeñas empresas, autónomos y al sector de servicios, sino que va a tener una enorme repercusión en una industria que tradicionalmente ha dado muestras de liderazgo y de una gran capacidad competitiva como es el sector de la automoción en Euskadi. En este momento urge activar al conjunto del sistema institucional vasco liderado por el Gobierno Vasco con el objetivo de abordar un plan económico y social integral para dar respuesta a esta coyuntura y al futuro inmediato. Hace falta algo más que una buena coordinación entre las instituciones; hace falta un plan integrado con tres prioridades claras: mantener las políticas sociales, hacer frente a la crisis económica y dibujar el futuro de este país. Las instituciones públicas deberán recurrir a la deuda. Si un país no es capaz de consensuar una hoja de ruta en una situación excepcional difícilmente lo hará en otros contextos. Hace falta, por lo tanto, visión, generosidad y determinación.

La crisis económica acentuará previsiblemente las injusticias sociales; abrirá una brecha mayor entre los países ricos y los países pobres y, esa misma lógica, se reproducirá en el interior de cada país. La desigualdad social es una de las cuestiones más importante de la agenda mundial que la pandemia sólo viene a intensificar.

Las instituciones públicas tienen un papel importante pero no va a ser suficiente si no somos capaces de activar todo el capital social comunitario; ¿estamos realmente dispuestos a profundizar en el reparto de la riqueza?, ¿estamos dispuestos a responder a muchas de las demandas sociales desde la propia comunidad? Los que vivimos en las sociedades de consumo nos hemos acostumbrado a buscar todas las respuestas en el mercado y a delegar prácticamente la articulación del espacio público en el sistema de partidos y en las instituciones públicas. En los últimos cuarenta años nos hemos ido convirtiendo progresivamente en una sociedad de derechos ilimitados y ninguna obligación respecto a la comunidad. Si pensamos que son "los otros" los que nos van a sacar de esta situación cometeríamos una terrible equivocación.

La crisis del

En Euskadi, deberíamos ser capaces de hacer frente al populismo, contraponiendo la serenidad al enfado, el rigor al análisis fácil e interesado y la visión constructiva frente a posiciones políticas cuyo único objetivo es sacar rédito electoral. Tan necesario como el acuerdo interinstitucional es construir una visión compartida entre los grandes partidos en Euskadi. En muchas de las declaraciones políticas críticas que he podido escuchar hay más ánimo de sacar cabeza que madurez política para arrimar el hombro. La respuesta al

Una crisis cómo el que estamos viviendo exige respuestas inmediatas, pero también obliga a pensar en el futuro porque los cambios que se van a producir a nivel global a raíz de esta crisis van a ser relevantes. Hay dos líneas de reflexión y acción que no pueden esperar: un debate sobre la arquitectura institucional vasca y otro sobre cómo afrontar los cambios que propone la agenda global.

El Aberri Eguna es un buen día para recordar que Euskadi es una nación que tiene derecho a decidir su propio futuro; es un buen día para recordar que nuestro sistema de autogobierno necesita una profunda reforma; un sistema de autogobierno que en el contexto de la crisis del

Y, el Aberri Eguna es un buen día para reflexionar sobre las condiciones futuras de desarrollo de la nación vasca. El pueblo vasco ha demostrado históricamente una enorme capacidad de adaptación a nuevos contextos. Ahora tenemos una nueva prueba: entender bien el mundo "post

Sólo podremos encarar el futuro si somos capaces de entender los cambios y definir una estrategia de país, de pueblo y nación.