ijo el entonces presidente del PSE Jesús Eguiguren que ETA desaparecería como la nieve desaparece en Vitoria en primavera. Se acumula de golpe, pero cuando el sol empieza a calentar, hay cada día menos. Hasta que una mañana la nieve es un recuerdo. La pandemia quedará atrás igual. No habrá un Día D, una fecha en la que a partir de ese día todo vuelva a ser como antes. De hecho, lo más probable es que todo no vuelva a ser como antes. La rápida vacunación masiva -el milagro científico del siglo XXI- nos empieza a meter en un nuevo escenario en el que la bronca política vuelve a ser la que era. El tiempo dirá, pero quizá las elecciones de Madrid de hace casi un mes fueron el pistoletazo de salida para esa normalidad. La campaña que acabó, salvo excepciones, con aquello de que había que guardar un poco las formas mientras caían muertos y contagiados por coronavirus. Vuelve a valer todo como si la pandemia hubiera acabado. Indultos, Ceuta, fondos europeos. Mezclado y agitado. España debate ya por encima de sus posibilidades. Euskadi lleva ese camino. Volver a lo de antes cuando, dijo Pedro Luis Uriarte en estas páginas, es hora de "repensar el país". El mundo ha cambiado, pero queremos volver a lo de antes.