s cierto que con el éxito del título copero se llevan mucho mejor los dos empates cosechados por la Real en las dos últimas jornadas ligueras, el logrado in extremis en un nuevo derbi con el magnífico churro de Roberto López y el sumado en Mestalla tras la lamentable actuación arbitral. Y no es para menos. Ver al conjunto txuri-urdin de nuevo alzar los brazos en una final de Copa evapora cualquier inesperada decepción que se presente después. Pero esta plantilla, la que nos ha proporcionado tan inmensa alegría, no debe olvidar que esta misma temporada está en disposición de lograr otra vez el pasaporte europeo, una oportunidad de exhibir las cualidades de esta nueva generación txuri-urdin por los diferentes campos del continente. Un reto, el de clasificarse para jugar en Europa, que solo han conseguido en dos cursos consecutivos hasta el momento dos técnicos que también saben lo que es ganar títulos con la Real: Ormaetxea y Toshack. Imanol, no solo por haber devuelto al club guipuzcoano a lo más alto sino también por hacerlo con una decidida apuesta por la cantera, merece gozar de este privilegio. Por tanto, el equipo debe echar el resto en las ocho últimas jornadas del campeonato liguero pese a que con el título copero el objetivo del curso ya esté más que cubierto. Hay que redondear la gesta.