n papel pegado en una pared del Paseo Colón de Irun y al que pocos hicieron caso sirvió para saber de ella. "Quiero dar las gracias a todas aquellas personas anonimas, que me dieron: la pera de su almuerzo, o su manzana que llevava a su trabajo o ese café calentito o esa infusion para pasar el frio de tantas horas sentada pidiendo ropa o alimentos". El folio colgaba de la pared aquel día de los Santos Inocentes gracias a ocho tiras de cinta de carrocero. "Pedire a dios que os colme de vendiciones para este año nuevo en el que vamos a entrar y que buestros corazones sigan con tanta bondad para el mas necesitado, cada plato que ponga en la mesa me acordare de todos los que hicieron posible que hoy pueda ponerlo". Ella ya no estaba junto al portal del dentista y entre dos sucursales bancarias. Quedaba el papel escrito a ordenador. "Me disteis comida como para dos meses y me retirepor que no podia abusar de la generosidad de las personas". "Nos conformamos con poco y ustedes me dieron mucho y la bondad de sus corazones me alimento durante esos dias con mucho espiritu para seguir luchando", se despidió antes de agradecer "con la mano en el corazon" y desear "urte berri on". Ojalá no haya tenido que volver a esa pared. Y ojalá esos ciudadanos que ayudaban lo sigan haciendo.