l cohete que llevaba el primer satélite 100% español se ha perdido. Como cualquier cosa que se estropea en la vida, todo iba bien hasta que se torció. A los ocho minutos del despegue, los técnicos que controlaban la operación desde la base de Kourou (Guayana Francesa) vieron que el cohete se desviaba de su trayectoria. A estas horas del siglo XXI en las que no podemos ni desayunar ni comer en cafeterías ni bares no sabemos dónde anda. Una opción es pensar que se convertirá en basura espacial que algún día se nos volverá en contra. Otra hipótesis es que alguien en el espacio exterior lo ha recogido como cuando el aita o la ama recogía la camioneta con la que de niños jugábamos hasta que se nos iba fuera de nuestro radio de acción. El cohete, de fabricación italiana, se nos ha echado a perder. Unos cables que conectaban lo que no debían de conectar -y no conectaban lo que sí debían conectar- provocaron que los dos satélites que llevaba el cohete (uno francés, además del español) se hayan extraviado. Misión perdida por culpa de un "problema humano" y no técnico. Alguien se lio con los cables. Y a saber lo que ocurrirá: ni el futuro ni el destino de los cohetes están escritos. Lleven paraguas.