penas diez minutos después de que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anunciara, tras la denuncia de los hosteleros de Gipuzkoa y Bizkaia, que las discotecas podrán abrir hasta las cinco de la madrugada y los bares hasta las tres, salió el ministro Illa ordenando, entre otras medidas, el cierre de discotecas, salas de baile y bares de copas de todo el Estado, por ser donde más contagios se están detectando, y el cierre de los locales de hostelería a la una de la madrugada con la prohibición de admitir más clientes a partir de medianoche. Queda prohibidísimo también el botellón y tampoco se podrá fumar, ni siquiera al aire libre, si no se garantiza una distancia mínima, siguiendo el modelo de Galicia y Canarias, porque el virus viaja más lejos con el humo aumentando su poder de contagio. Diez minutos les duró la alegría a los que buscaban reconquistar la vieja normalidad nocturna en estos tiempos de incertidumbre donde los contagios detectados en Euskadi nos han devuelto a cifras del 31 de marzo, cuando estábamos confinados, y a los trabajadores de hospital -esos a los que tanto aplaudíamos- les empiezan a faltar manos para atender la llegada de más y más infectados por coronavirus... muchos de ellos, graves. El lunes regresaremos en Euskadi a la Emergencia Sanitaria, esa que vivimos entre el 13 de marzo y el 18 de mayo. En diez minutos sabremos los detalles.