ues no viene el tío y me dice que pare, que tiene que decirme una cosa, que lleva varios días viéndome pasar con la bici por delante del Boulevard y que ya no aguanta más. Para que te mondes, tal cual me lo dijo, que la bici era suya. Y no solo eso sino que sacó el móvil, y no te engaño si te digo que me dejó a cuadros cuando veo fotos de mi Rebel. Que sí, joder, que era la mía, y por unos momentos aprieto bien fuerte el manillar y los dientes dispuesto a todo, como para que me venga con estas el tal Manuel, como si no tuviera suficiente con el disgusto que me llevé aquella noche al salir del restaurante La Tagliatella. Mira que acabó mal la cena. Los compañeros de EGB ni se enteraron de que me quedé alelado porque la bici no estaba. Miré y remiré, pero aquella noche alguien se la había llevado. Quien me la robó no dejó ni rastro, bien sabía lo que hacía el cabrón. Y me viene ahora el tipo con estas, que si pagó 500 pavos. Que también reconoce que no nació ayer, y que le pareció bien barata para ser eléctrica. Pues Manuel, qué te diré, que nos jodió a los dos, pero yo la compré nueva por 2.000 pavos. Y como decirte, Manuel, que tengo juicio por este asunto, y que incluso me tuve que comprar otra bici porque nunca más pensé que volviese a aparecer. Ahora déjame, y ya podemos candar bien la bici, Manuel.