n estos momentos de tanta incertidumbre y tristeza tenemos que buscar aspectos positivos y ejemplos que nos sirvan. Nos podemos fijar, por ejemplo, en algunos que tienen ventaja. Según me comentan, hay muchos chavales para los que el confinamiento, con un ordenador o una Play Station de por medio, es una bicoca. Se encierran en su habitación y quedan varios amigos para ver una misma película a la vez o juegan un rato, como hacían antes del virus. Igual están algo inquietos, pero lo resuelven. Los hikikomori japoneses fueron la avanzadilla. Tampoco nos podemos dejar llevar por la envidia a los que tienen perro. En estos momentos, no solo pueden pasearlo sino que deben hacerlo si no quieren evitar que sus hogares se conviertan en un estercolero. Es una obligación en estos tiempos convulsos, que no siempre apetecerá cumplir, imagino. Cuando llegan a casa, una vez evacuado el deber higiénico del can, les pueden poner la tele. Aunque parezca un aspecto más de la ciencia ficción en la que vivimos, hay canales de televisión para perros. Me han enseñado vídeos de telespectadores de cuatro patas y se les ve realmente entretenidos. Y otro aspecto positivo, un ejemplo para todos, la inmensa labor de los sanitarios, transportistas, limpiadores y otros colectivos al pie del cañón.