Mujer de 78 años que fue desahuciada ayer del piso en el que vivía desde hace más de medio siglo por una deuda de 88 euros con la propietaria: Encoge el alma leer el relato del momento en que fue obligada a cruzar la puerta por última vez. Sus ruegos desesperados, sus sollozos, su absoluta impotencia... chocaron con el muro infranqueable de la comitiva judicial que le hablaba en jerga jurídica. Nada ha evitado que esta última noche la haya pasado en una pensión en la que ni siquiera sabe cuánto tiempo estará porque las instituciones no han sido capaces de encontrarle un techo estable. Eso, en Barcelona, en el siglo XXI y en un Estado que dice llamarse del bienestar. Aunque no sirva de nada, le envío todo mi cariño, junto al desprecio inmenso por la persona que la ha dejado en esa situación por ¡88 euros!