Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas. Y en el Vaticano debe de imperar el mismo principio. O quizá es sólo que tendemos a ser malpensados y, cuando se comunica que el papa llama a una reunión en la santa sede a absolutamente todos los obispos españoles, imaginamos que hay un motivo de calado detrás. Qué sé yo, quizá los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia.

Pues por lo visto y oído, no. La convocatoria era simplemente para hablar de la escasez de vocaciones y su reflejo en los seminarios, ahora prácticamente vacíos. ¿Algo que tal vez no ocurra en otros estados? Lo cierto es que no, pero por alguna razón, Francisco ha querido hacer esta excepción con los prelados españoles.

Y no sólo eso. Si tenemos que creer al presidente de la Conferencia Episcopal –octavo mandamiento: no mentirás– ni siquiera se habló de la pederastia. “No nos ha tirado de las orejas”, resumió la cuestión con una expresión digna de comentario de texto el cardenal Omella. A-já.

La oportuna mala memoria de Cospedal

De un tiempo a esta parte, cada vez que vemos a María Dolores de Cospedal es en las inmediaciones de algún tribunal. Ayer tocó en la Audiencia Nacional, aunque en su descargo literal, hay que especificar que la ex número dos del PP en tiempos de Rajoy no comparecía como imputada sino en calidad de testigo.

Lo de calidad también suena a guasa porque su declaración aportó más bien poco para esclarecer algo sobre la causa por la que había sido citada. Se trataba de una de las mil piezas sueltas del Sumario Gürtel. En concreto, una que trata de establecer si el PP se valió de terceros –lean ahí “comisario Villarejo”– para presionar al extesorero Bárcenas y su entonces abogado, Javier Gómez de Liaño, de modo que no salieran a la luz ciertas informaciones que dejaban mal a los genoveses.

Siguiendo la martingala habitual, Cospedal aseguró no recordar que en sus hasta seis reuniones con el príncipe de las cloacas se hablara de nada que tuviera que ver con Bárcenas o su letrado. Según ella, los encuentros con el siniestro personaje sólo eran para preguntarle si tenía conocimiento de maniobras contra su partido. Y nos lo creemos.