Supongo que menos da una piedra. Una tregua que llega con retrasos sucesivos y entre hilvanes después de... ¿10.000, 20.000, 30.000 muertos? Celébrese, si es que pensamos que se evita otro puñado de asesinatos y se consigue que entre a Gaza una ayuda humanitaria que sabemos que será literalmente pan para hoy y hambre para mañana.
¡Ya, joder! Pero es que los que todavía conservan la vida en un territorio convertido en cascotes no piensan en mañana. Les basta y sobra con lo que puedan llevarse a la boca hoy y, sobre todo, con llegar respirando al día siguiente. Lo demás ya se verá.
Se verá, por ejemplo, si se cumplen los cuatro días prometidos de matanzas en suspenso. Los precedentes invitan a ser pesimistas. Pero es lo que hay, igual que el hecho de que tengamos que tragar que el país que ha conseguido la pausa de las masacres haya sido Catar, democracia consolidada donde las haya y paladín interestelar del respeto a los Derechos Humanos.
Jueces que protestan
Ya vimos la imagen hace unos días ante la Audiencia de Navarra. En ese caso, hasta con una pancarta. En los Palacios de Justicia de Araba y Bizkaia –sede del Superior de Justicia del País Vasco– sólo vimos ayer a un puñado de personas con las manos en los bolsillos de su gabán, como el célebre personaje de la canción de Rubén Blades, que decían protestar “a favor de la independencia judicial y la separación de poderes”. Pongo las comillas porque considero lo fundamental del mensaje. Al eliminarlas en ciertos titulares, parecía darse por hecho que estaban mostrando su contrariedad por un hecho objetivo.
Pues no, es de primer día de primero de Periodismo que lo expresado era algo percibido por los concentrados que no necesariamente coincide con la realidad. Y la otra clase gratis sobre los intríngulis de mi oficio que les dispenso consiste en la aclaración del mal uso del genérico “jueces”.
Otra vez, no. Estamos hablando de jueces de una obediencia ideológica concreta, todos y todas, afiliados de agrupaciones conservadoras de la magistratura. La asociación Jueces y Juezas para la Democracia ha dejado claro su bochorno ante actitudes que incurren en lo que denuncian.