Entrenador del momento que hace nada cogió un equipo moribundo y lo ha llevado a conquistar anteayer su séptima Europa League: Me sumo con entusiasmo a la ola de parabienes que le están llegando desde todos los puntos cardinales y, especialmente, desde Euskal Herria, donde es una de las pocas personalidades que genera consenso, cariño y admiración de verdad. Y lo ha hecho, no por este éxito puntual, sino a través del trabajo de pico y pala a lo largo de dos décadas. Qué gráficamente lo dijo el otro día: “Con tanto piropo me siento gilipollas, 20 años en Primera y parece que no me conocía nadie”. Y la cuestión es que a la hora en que tecleo estas líneas, no tiene garantizada la renovación por el Sevilla. Procede el tópico: el fútbol es así.