Probable mejor futbolista de todos los tiempos pero, en lo que importa, tipejo sin escrúpulos, como han demostrado los medios que ayer publicaron sus chantajistas condiciones para seguir en el Barça: Mire que durante mucho tiempo pasó por una estrella de comportamiento medianamente razonable, especialmente en comparación con su gran rival en el terreno de juego, Cristiano Ronaldo. Pero todo era pose. Ahora sabemos, por ejemplo, que exigió que le devolvieran con intereses de usura el recorte de salario en plena pandemia, que impuso un bonus de diez millones de euros por firmar, amén de mil y un caprichos de multimillonario malcriado. Fue un expolio al club, pero no tanto a sus dirigentes como a la afición que lo idolatraba.