a superación del primer gran escollo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, lograda el jueves en el Congreso de los Diputados, ofrece una buena oportunidad para consolidar la necesaria estabilidad institucional en momentos tan convulsos y complicados como los actuales y los que se prevén para los próximos meses, en los que deben abordarse extraordinarios desafíos sobre bases y medidas sólidas con el objetivo de la recuperación y la transformación económicas. Los acuerdos políticos previos logrados in extremis por el Gobierno español con PNV y ERC obtuvieron la esperada respuesta de estos grupos, que con sus votos contribuyeron a tumbar las enmiendas a la totalidad a las cuentas presentadas por PP, Vox, Ciudadanos, Junts y otras formaciones. Ello encarrila el proyecto pero, como ya advirtieron jeltzales y republicanos, la negociación puramente presupuestaria empieza ahora y sus votos finales -y, con ello, la aprobación de los PGE- dependerán de los acuerdos que se alcancen a través de las enmiendas parciales. Es esperable que a estas alturas el Gobierno de Pedro Sánchez haya comprendido la dimensión de lo que está en juego y haya asumido su situación de minoría parlamentaria y la necesidad de abordar una negociación real sobre los aspectos de las cuentas que pueden ser mejorables. No se trata ya solo de la estabilidad del Ejecutivo y del propio Sánchez. Tampoco de la pretendida alternativa que la derecha quiere presentar como posible merced a una irresponsable alianza con Vox. Lo que está en juego es la recuperación económica tras la crisis generada por el covid, el necesario impulso para la creación de empleo, la ampliación de la protección social, en especial de los colectivos más vulnerables, y, por lo que repercute más directamente a Euskadi, la puesta en marcha de inversiones en el mismo sentido. Es ahora cuando llega la hora de la verdad de una negociación que va a medir la verdadera voluntad de acuerdo por parte del Gobierno español y su traducción en hechos. El paso inicial ya está dado por parte del PNV, que ayer presentó 71 enmiendas parciales al proyecto que, en una primera lectura, entroncan de plano con los objetivos y la orientación social y económica que deben marcar los presupuestos. El recorrido de las cuentas es aún muy largo.