oder político y poder judicial. Democracia representativa y monarquía. Partidismo y ciencia. Salud y demoscopia. Centralismo y periferia. Varios binomios, siempre complejos de manejar, agravados hoy por el telón de fondo de una pandemia que no cesa, configuran un panorama estatal muy tenso y complicado en un otoño especialmente caliente. Los acontecimientos se han precipitado tanto en las últimas horas que resulta incierta cuál será la evolución de todo este cóctel explosivo que algunos se han empeñado en agitar, quizá esperando cosechar rentas electorales en el tsunami que se le avecina a Sánchez, en el centro del remolino. Hay un poco de todo en esta olla a presión. Comenzaba a alimentar el fuego y las contradicciones el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, con una marrullería no digna de su cargo, en el que maneja los tiempos de las sentencias (y hay una especialmente importante, como la posible inhabilitación del president Quim Torra) haciendo públicas unas palabras del rey para tensionar las relaciones dentro del Gobierno de coalición y la tensa espera en Catalunya con aires preelectorales, que también ha conocido el inicio de la tramitación de los indultos para los condenados por el procés por parte del Ejecutivo, y que se juega también el futuro acuerdo presupuestario. Pero aún faltaba la traca final. Como si la historia fuera al revés, ayer estalló del todo la rebelión de la Comunidad de Madrid contra las indicaciones del Ministerio de Sanidad para controlar la pandemia justo días después de una aparente tregua entre Ayuso y Sánchez. Salvador Illa fue muy claro y contundente en su llamamiento, más allá de que esa otra dicotomía que alegó entre “política” y “ciencia” siempre merezca muchas matizaciones, incluso también en su propia gestión, sobre todo en una desescalada totalmente apresurada como han denunciado expertos internacionales. De todas formas, quien no tiene ni un ápice de credibilidad para decirlo es la presidenta madrileña, que ayer sumaba la dimisión del recientemente nombrado portavoz del Grupo Covid de la comunidad, Emilio Bouza, ante semejante nivel de toxicidad política y partidista del ambiente madrileño. Una comunidad en la que en esto del COVID-19 llueve sobre mojado y sobre la que las indicaciones del ministro de Sanidad parecen bastante sensatas y necesarias. Urge superar la pandemia de la utilización demagógica y partidista del COVID-19, porque esto sí que es un verdadero virus para la democracia. La ciudadanía se lo merece.