l atípico Pleno de ayer en el Congreso, en el que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, explicó las medidas adoptadas frente a la epidemia del coronavirus y advirtió de las que serán necesarias una vez esta se supere, reflejó la admisión de lo inevitable ya extendida en una sociedad que en general acata de manera responsable el estado de alarma. Tanto el decreto de este, confinamientos incluidos, como el paquete de medidas económicas, por un global de 200.000 millones, son difícilmente censurables en sus principales argumentos y oportunidad aun si necesitan de ajustes en algún aspecto muy concreto. Las diferencias de criterio en el diagnóstico, por tanto, parecen convertirse en coincidencias en cuanto al remedio, lo que seguramente contribuirá también al efecto de este y a que la recuperación, como planteó ayer Sánchez desde el optimismo, sea más rápida. Ahora bien, la coincidencia en la necesidad de acciones rotundas que frenen las consecuencias, tanto de salud pública como socioeconómicas, de la transmisión del