Su padre, el siempre recordado Pat, eramiembro de la cámara de representantes del Estado de Idaho cuando undesgraciado accidente de tráfico lo llevó deentre nosotros, junto a su también inolvidable esposa Eloisa. Siguiendo la legislaciónestatal, la familia pudo sustituirlo por uno delos suyos hasta que terminara la legislatura.Era 1999 y los Bieter decidieron que fueraDave quien diera el paso.

Su inicio en la política dejó huella, sobretodo por ser impulsor en 2002, junto a PeteCenarrusa, de una declaración del senadoestatal a favor del derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Ni las inmensaspresiones de Javier Rupérez, entoncesembajador de España en los EEUU, amilanaron a estos vasco-americanos a los que tanagradecidos estamos.

Posteriormente dio el salto a la Alcaldía deBoise, la capital del Estado. Así lo ha sidodesde 2004, años en los que ha logrado quesea la suya una de las ciudades más admiradas de la nación. Consiguió también, lorecordarán muchos lectores, que el presidente Obama hablara de la historia de suabuelo, aquel pastor de Larrabetzu que emigró a tierras americanas. Durante un periodo de tiempo tuvo además el triste honor deser el único alcalde de una capital del mundoque hablaba euskera.

Sin embargo, anteayer las urnas le dieron laespalda, y a pesar de que se celebrará unasegunda vuelta el 3 de diciembre, parece difícil su reelección. El impulso a dos proyectosaltamente polémicos ha minado su popularidad, así como la sensación de una parte de laciudadanía de que Boise está creciendodemasiado. Hay también quien consideraque, reconociendo su inmensa labor, 20 añosde alcaldía son demasiados años. El empujede nuevas generaciones y movimientossociales son otros factores que explican lavictoria en la primera vuelta de su oponenteLauren McLean.

Suceda lo que suceda el 3 de diciembre, losvascos de aquí y de allá debemos reconocimiento a esta gran persona, trabajador infatigable de innumerables causas. Pero, sobretodo, tenemos el pleno convencimiento deque, suceda lo que suceda, tenemos Dave Bieter para rato. Aurrera, Dave!