Por qué es importante la libertad de expresión twitter.com/Xlapitz
Gracias a la libertad de expresión y a la de prensa podemos saber y decir que Arcadi Espada siempre fue tan imbécil como ahora se muestra aunque, durante mucho tiempo, fue uno de los autores de cabecera de la derecha (también de la derecha que se vestía de izquierda) y, como tal, fue defendido, ensalzado y sobrevalorado. Que escriba frases completas y con todas las tildes nunca le convirtió en dueño de una opinión que merezca el más mínimo respeto, y su ataque homófobo a Rufián, absolutamente injustificable, aprovechando que Aznar pasaba por Madrid, le Aznar marcó el nivel twitter.com/El__Yayoretrata.
Aznar marcó el nivel twitter.com/El__Yayo
Estoy seguro de que José María Aznar regresó a su casa eufórico, convencido de que había aplastado a cada uno de sus rivales, seguro de que su plan había salido a la perfección y sus respuestas preparadas a Rufián y Matute habían funcionado. Luego leyó a Arcadi Espada y, seguramente, le entraron ganas de que alguien le hiciera lo que el columnista de El Mundo describía así: “Rufián, la polla, mariconazo, cómo prefieres comérmela: de un golpe o por tiempos”. Pero la realidad es que Aznar marcó el nivel y Rufián solo lo subrayó: un nivel mínimo por lo poco que aportaron todos.
Entonces, ¿para qué le llamaron? twitter.com/Javiviz
Aznar compareció en una comisión del Congreso para que Gabriel Rufián, Pablo Iglesias o Toni Cantó pudieran enfrentarse dialécticamente con él. Los tres estaban a otras cosas cuando mandaba el del PP, convertido hoy en un icono de la derecha de la pulserita, el Macallan y los contactos de papá que me harán ganar dinero hasta tener mi propio velero. Pero la realidad es que de la colección de intentos de lucimiento a la que asistimos no hemos sacado nada como sociedad. Javi Vizcaíno lo tuiteó mejor que nadie: “¿Hace falta una comparecencia para certificar que Aznar se la pela todo?”.