El regreso de Aznar twitter.com/tortondo

“Por donde pisa Aznar, no vuelve a crecer la decencia”. El de Javier Durán fue uno de los tuits que más me gustaron mientras Aznar iba al Congreso encantado de conocerse. Hubo más: “Aznar negando que se participara en la guerra de Irak. Impresionante de verdad”, expresaba Clara Jiménez. Jesús Maraña se fijaba en: “Sostiene Aznar que no hay ni una prueba de la caja B del PP. Es falso. Para acreditar la apropiación indebida de Bárcenas se acreditó que el dinero salía de esa caja B. Está en la sentencia de Gürtel”, y Jorge Bustos atinaba: “Podemos olvidarnos de un Aznar a la defensiva. Ha venido a jugar”.

Un proyecto para ricos twitter.com/Reuters

Si Elon Musk es uno de los muchos que se dedican al sector del lujo en el mundo, no pasa nada. Pero que me lo vendan como un visionario o, peor, un revolucionario y una especie de Robin Hood no tiene ni medio pase, por mucho acumulador de energía que reinvente. Sus coches eléctricos son caros, su banalidad de lanzar un vehículo con un muñeco y la radio puesta al espacio fue una campaña de publicidad costosísima y su proyecto de vuelos orbitales privados solo estará al alcance de millonarios como Yusaku Maezawa, que será el primer turista espacial del mundo.

Prescindir de esclavos también sale caro twitter.com/eliasmgf

La actualidad me ha impedido compartir este tuit de Elías Gómez hasta hoy: este profesor de Literatura mostraba su perplejidad ante el modo en el que Nestlé, el gigante de la comida, se quejaba de que las medidas que tomaban en Australia para que las empresas que venden sus productos en el país lo hagan con garantías de no usar esclavos (ni en las modalidades más modernas), medidas que iban a afectar encareciendo sus productos. En el artículo del diario australiano que hace la denuncia, recuerdan que las vinculaciones de Nestlé con la esclavitud no son nuevas.