Las estrellas televisivas del momento están surgiendo de los devaneos políticos. Se dice que las televisiones públicas son las menos imparciales de este conflicto que unos ubican en Catalunya cuando en realidad indica que puede tocar a buena parte del Estado. Ahí, controlar la televisión es como ejercer el papel de ventrílocuo o el de titiritero. Puedes decir las mayores barbaridades o pegar estacazos a degüello a quien te incomode. De todo este conflicto, han salido reforzados dos periodistas que casualmente son pareja y trabajan ambos para La Sexta. Antonio Ferreras que es el jefe de informativos de la cadena y Ana Pastor, que además de protagonizar las entrevistas de El Objetivo no pierde la ocasión de presentar un directo allá donde haga falta. Ahora Ana Pastor también ha estrenado Dónde estabas entonces, con el que busca tocarnos la fibra como en su momento lo intentó Cuéntame cómo pasó y los sucesivos Ochéntame que realizaba la misma productora siguiendo el rebufo de la serie. Programas que buscan el recuerdo personal vinculado al acontecimiento histórico que vivimos seguramente a través de la televisión. Un programa que últimamente se lo habían encargado en TVE a Santiago Segura pero que está amortizado y no deja de ser una tortuosa repetición de lo que ya hemos visto. Ana Pastor consigue darle la vuelta en La Sexta aunque solo sea porque abandona ese estilo de voz en off y recupera las entrevistas de gente normal y creíble. Está claro que Pastor pasa por un buen momento en cuanto a credibilidad y eso también se va a traducir en que a partir de ahora abandonará Globomedia, la productora con la que venía trabajando para montarse una propia. De un tiempo a esta parte, comienzo a ver periodistas con parecido al de algunas de las estrellas del fútbol cuya huella de identidad en lugar de líneas dice claramente “porque yo lo valgo”. Hay quien ya nota tras este éxito periodístico de Pastor algo de vanidad futbolística. Ya veremos.