Apesar del éxito de la Champions League, los operadores se están replanteado su estrategia. El 20 de junio es el día tope para que televisiones y plataformas presenten sus ofertas a la UEFA para quedarse con los derechos del 2018 al 2021. Sí, todavía falta un año y por aquí seguirá la propuesta que unió a Mediapro, Antena 3 y TV3 por la que pagan la friolera de 180 millones cada temporada. La UEFA reparte entre los equipos, la friolera de 2.400 millones de euros. Una cantidad que se incrementará en la temporada 2018/19 porque han vaticinado que entonces se retrasarán los partidos a las nueve de la noche (actualmente a las 20.45) y se añadirán dos partidos más a las 19.00 horas, por los que se cree que el dinero que repartirá por los derechos de televisión alcanzará tranquilamente los 3.000 millones. El problemas al que se enfrentan las cadenas es que por más demostrado que esté que el fútbol arrastra a la audiencia, la compra de los derechos es tan cara que difícilmente se puede hacer rentable. Valen más la tiras de los derechos que el manto de espectadores con el que conseguir publicidad o abonados. Hasta ahora, las plataformas de pago como Movistar no han podido sacarle partido al negocio de la Champions: la ley antimonopolio le impide que lo emita en primicia, por lo que tiene que compartirlo con sus competidores Vodafone y Orange. De momento, todos afirman que el dinero que pagan por el fútbol luego no lo recuperan ni en espectadores (Antena 3 no ha podido con Telecinco a pesar de tener la Champions) ni a a través de la publicidad. Tampoco las plataformas de telefonía están convencidas de ofrecer fútbol que les cuesta un riñón porque, al estar en todas, no consiguen diferenciarse de sus competencia. Así que por más que dentro de una semana se resuelva la incertidumbre de los derechos de la Champions para los próximos años, no me extrañaría que se queden desiertos hasta que alcancen el precio verdadero del mercado. El 20 de junio lo veremos.
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