Cuando mi nieta June me entienda, le contaré que el año de su nacimiento fue un año de incertidumbre, de mascarillas, de estar encerrados en nuestros hogares, de confinamientos. Le contaré también que ese año fue el de sonreír todos los días y todas las noches al escuchar la voz de los que más queremos y darles las gracias por ser sus familiares. Fue el año de conectar de balcón a balcón con desconocidos que antes nunca habíamos saludado. Pronto aprenderás a andar. Te caerás, pero la buena noticia es que siempre te levantarás del suelo. June, no pierdas la esperanza, tendrá que ser tu brújula para recorrer los caminos de la vida, recuerda que este año se han dibujado grandes puentes de solidaridad y fraternidad, justo donde antes no había casi cimientos. Has venido para dar más vida a la vida.