Años 60. En la España yeyé del 600 y Los Brincos, con un sistema sanitario deficiente, los catarros de mucosidad fluida y no persistente duran una semana. Segunda década del siglo XXI. En una España de desorbitadas tarifas energéticas y una sanidad a años luz de la franquista, los catarros con toses broncas y mucosidad densa duran cinco semanas mientras abunda la publicidad de antitusivos y mucolíticos. Años 60. En la España subdesarrollada del NO-DO en blanco y negro, con una higiene más deficiente que la actual, las plagas de piojos en las escuelas son prácticamente desconocidas. Segunda década del siglo XXI. En una España muy pulcra pero atestada de corruptos, los piojos campan en colegios mientras un aluvión de anuncios de champús y lociones anti ectoparásitos inunda la tele. ¿Qué pasa? "Es el negocio, amigo", y el capitalismo necesita hacer caja.