No sé por qué hay que recordárselo, quizás porque usted me obliga a ello. Me refiero a sus nombres: Silvia Itzi, Carmen, Aran-tza, Elvira, Josefi... Esta necesidad repetitiva es un impulso humano ¿con qué objeto? Uno que se me ocurre: la irresponsabilidad en la prevención, en la no ejecución de medidas anticovid, nos está costando cada vez más caro. ¿Le parece bien que su actitud provoque quiebras económicas, sociales, laborales, anímicas? El valor de bajar esas cifras tan alarmantes reside en cada uno de nosotros, en nuestra actitud. Vemos lo que hay pero no cambiamos; sí lo hacen, en cambio, esos profesionales que ante la tensión asistencial tendrán que abandonar su puesto y pasar a primera fila; sí, aquella a la que se aplaudía y ahora no se entiende y con la que muchos no colaboran. Sí, sí, somos de vida de calle, pero no toca ahora salir. Es una colaboración a partes iguales para que Silvia, Itzi, Carmen... no vuelvan ahí y para que Carlos, Pedro , Marta... no cierren sus negocios otra vez con lo que ello conlleva.