Hace una semana estuvimos confinados mi marido y yo durante siete días por haber estado en contacto con un positivo en COVID. Hasta aquí todo correcto. Desde que un lunes nos llamó la rastreadora, que nos informó que el protocolo era el siguiente: estar confinados en nuestro domicilio hasta hacernos las oportunas pruebas que consistían en dos PCR y baja laboral (en mi caso cerrar un comercio). El confinamiento, como es lógico, ha supuesto que nos hayan tenido que realizar las compras necesarias hijos, amigas, etc.; anular gestiones que teníamos pendientes... Y todo esto lo hicimos de buen grado, pues entendemos que con la que está cayendo es lo que hay que hacer.Pero, ¿alguien nos puede explicar por qué dentro de los contactos del mismo grupo ha habido personas a la que no les han confinado? ¿No siguen el mismo rigor los rastreadores para todos? ¿En qué se basan?¿Cómo es posible que no pudiendo bajar a la calle ni a por una barra de pan, para realizarnos la segunda PCR nos citen en domingo en el ambulatorio de Errenteria (Iztieta)? El ambulatorio de Pasai Antxo está cerrado los fines de semana. ¿Tan difícil es programar un retén de COVID para los fines de semana en Antxo? Nosotros fuimos en coche, ¿pero y el que no tiene este medio, tiene que ir en autobús con el consiguiente peligro de contagio? ¿Cómo es posible que a los negativos nos realicen dos PCR y en cambio a los positivos solo una y al principio? ¿Cómo les dan el alta después de diez días, sin cerciorarse de que ya no son positivos? Esto no hay quien lo entienda. ¿Alguién me lo puede explicar?