Una enfermera que me atendía a domicilio me solía aconsejar con un sentido común extraordinario. Cuando un médico me mandaba tomar una medicina, una pastilla, gotas, vitaminas, esos remedios que a todos o casi, nos recetan, le solía preguntar a ella: “¿Qué pasa, que no me parece que vaya a mejor, que no me empieza ya a curar?” Entonces, siempre me contestaba sonriendo y sin ironía: “Pues mira, Pedro, que los preparados medicinales no son la purga de Benito”. Ella ya sabía de esa inexistente purga ancestral, que se decía era tan buena y eficaz, que curaba todo. Y esto además a todos los pacientes, sea cual fuera su edad y condición. Y además era gratis et amore. El grupo Siempre Así de Sevilla canta: “La medicina cura lo que antes era una muerte segura”. Ojalá se consigan estas maravillas , todo es posible si se ponen los medios de todo tipo.