Son palabras que son espejo de nuestra realidad, triste fotografía de lo que nos está pasando y seguirá ocurriendo a lo largo de toda esta crisis económica en la que nos adentramos. Desgraciadamente así violamos los derechos humanos. A veces pensamos que eso de “los derechos humanos” es simplemente una expresión bonita para adornar un discurso o un artículo de carácter social. Los derechos humanos más elementales se violan con el paro y la corrupción. Un derecho fundamental de la persona es, sin duda, poder trabajar y ganar un sueldo digno para vivir dignamente. Si esto no es posible, algo muy importante en nuestro sistema socioeconómico está fallando. Cuando sobre todo los políticos, caen en la lacra de la corrupción, aprovechándose de un dinero que es de todos los contribuyentes, para enriquecerse personalmente de forma injusta, se atenta directamente contra los derechos que tenemos los ciudadanos a que el dinero que hemos pagado con nuestro impuesto revierta al bien común de toda la sociedad. Y de esto la monarquía española y más gente de la clase política debería de dejar las cosas más claras. No se violan los derechos solamente cuando se tortura o se mata, sino también cuando alguien que quiere trabajar no puede y cuando los que tendrían que servir al bien común se sirven a si mismos.