Cuando teníamos unos índices de contagio mucho mas altos que ahora, cuando las UCIs rebosaban y nuestros profesionales se dejaban la piel -y la vida- en su trabajo, una y otra vez se nos repitió que no era necesario ponerse mascarilla por la sencilla razón, de que nuestros negligentes gestores no habían hecho acopio de ellas (salvo para amigos y conocidos). Ahora, como ya se han comprado, se hacen obligatorias por que hay que recuperar la inversión y el negocio debe seguir. Eso sí, las mascarillas nos las pagamos nosotros, que para eso somos los contribuyentes. Y da lo mismo que la mas barata no te proeja del contagio de otros. Confusión, manipulación, negligencia y negocio por encima de todo. Y nos toman por idiotas.