Compruebo estupefacto que en mi supermercado habitual perteneciente a una gran cadena cadena (ignoro si en otras cadenas de supermercados se actúa correctamente), sector clave, y vulnerable al tiempo, habida cuenta de que es uno de los pocos lugares en los que las personas pueden concurrir en gran número, las personas que allí desempeñan su labor carecen de elementos de protección individuales (guantes, mascarillas o gafas).No salgo de mi asombro ante tal negligencia. Las personas que trabajan en los centros y tiendas de alimentación, así como de todas aquellas a las que, en medio del estado de Alarma, sí puede acudir la gente, están expuestas al contagio, pueden enfermar con más facilidad y, al tiempo, transmitir la misma de manera exponencial. Es una absoluta irresponsabilidad y cabría preguntarse si no se incurre en responsabilidades penales o administrativas al obligar a trabajar en tales circunstancias. Los sindicatos deberían interponer las correspondientes denuncias ante Inspeccion de Trabajo, sin descartar otras vías puesto que la negligencia puede tener efectos muy nocivos en la salud de los y las trabajadoras de comercios, panaderías, farmacias, gasolineras, etc.Por otra parte se dice a la opinión pública que el uso de mascarillas (escasean desde hace días) es solo para las personas enfermas; pero al tiempo, se admite que muchos enfermos pueden ser asintomáticos o no mostrar síntomas en una primera fase, lo que no impide que puedan contagiar a otros, que se sepa. Una incongruencia más en medio de esta sensación de improvisación y gestión chapucera en la que estamos inmersos.