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Hacerse los muertos

Llama la atención el silencio casi sepulcral de la mayoría de los demócratas

Hacerse los muertosTING SHEN / POOL

Que Donald Trump y su cuadrilla están tomando decisiones atroces -revestidas además con grandes dosis de astracanada- lo empiezan a reconocer personas que hasta muy recientemente estuvieron a su lado, e incluso apoyaron su regreso a la Casa Blanca. Efectivamente, tanto sus actuaciones en política exterior (Palestina, Ucrania, Canadá, México, Panamá) como en la interior (despedida de miles de trabajadores, desmantelamiento de agencias federales, suspensión de investigaciones en materia de salud), incomodan ya a muchos de los propios que, aunque partidarios de ciertos -o muchos- recortes, estiman que se está llegando demasiado lejos, tanto en el fondo como en las formas. Otra cosa es que los disconformes se atrevan de momento a alzar mucho la voz, por la cuenta que les trae. Tal circunstancia se ha comprobado en la cantidad de nombramientos de personas indecentes que el sátrapa neoyorquino ha colado sin (casi) oposición republicana.

En este contexto, llama la atención el silencio casi sepulcral de la mayoría de los demócratas. La lectura más sencilla invita a pensar que aún no se han recuperado del aturdimiento en el que quedaron tras las elecciones de noviembre pasado, pero la explicación tal vez sea más compleja. La pista nos la da en The New York TimesJames Carville, veterano asesor demócrata, que pide audacia a los dirigentes del partido del burro. Pero tal intrepidez consistiría en frenar la ansiedad, dar marcha atrás y hacerse los muertos. Permitir que los republicanos se cuezan en su propia salsa. Pide Carville una retirada política estratégica hasta el momento en el que la popularidad de Trump y los suyos caiga mucho, momento de lanzarse a la yugular. Y pone como ejemplo la táctica que utilizó Muhammad Ali contra George Foreman en 1974. A botepronto parece una estrategia extraña, pero tal vez tenga razón. Y lo más importante: si es ese el verdadero motivo del mutismo y la inacción demócrata, significa que por lo menos tienen un plan.