“Hoy se celebrará la elección presidencial”. Con esas palabras tituló el diario Euzkadi el 7 de octubre de 1936 la noticia de la proclamación de José Antonio Aguirre como lehendakari. Un ejemplar enmarcado de aquel periódico y otro del día siguiente (“Ha quedado constituido el Gobierno Vasco”) son de las pocas cosas de las que no me desprenderé mientras viva, aunque el paradero posterior lo puedo sospechar. Ya habrá ocasión para comentar lo que da de sí el pleno de Gasteiz, la investidura de Imanol Pradales y lo que suceda durante los próximos días.

Mientras ello acontece, andan los habituales medios cobistas y peloteros, dándonos la lata sobre el décimo aniversario de la coronación del actual rey de los españoles. Dicen que todo lo ha hecho perfecto, también antes lo afirmaban sobre el tunante de su padre. Como lo lleva en los genes, caerá en desgracia, y nosotros que lo veamos, pero se aprestarán los de siempre a ilustrarnos que la nueva, esta sí, será la buena. Por cierto, justo ayer, precisamente ayer, el famoso taco de los franciscanos de Arantzazu nos saludaba con un refrán en euskera que versaba sobre el uso del oro de bolsas ajenas. No parece que los borbones hayan seguido nunca consejo alguno en esa línea.

Recuerdo que en la empalagosa retransmisión de hace una década, alguien aseveró que había banderas españolas engalanando la sede de Kutxabank de Madrid. Lo que se montó en las redes sociales fue tremendo, con el PNV como diana principal. Aguerridos políticos y militantes opositores se pusieron las botas repartiendo estopa. Hasta que una persona aclaró que aquel espacio ornamentado era el de un club social ubicado en el piso de arriba de la entidad bancaria. Hubo quien se batió en retirada y borró sus ataques. Otros, pensando que el desmentido no tendría mucho eco, decidieron que sus insultos siguieran presentes. Fue un día en el que constatamos, una vez más, que nadie está libre de caer en aquello que se dice combatir. Fake news, se les llama.