Los estudios sociológicos vigentes muestran la conjunción de medios y política en la tarea de explicar la dialéctica y las relaciones de los ciudadanos en sociedades democráticas de nuestros días. La aldea global se hace más presente superando las distancias. Desde la línea editorial de radios, periódicos y televisiones hasta la epidemia de fake news, el mundo de la comunicación sirve de soporte a las actividades informativas que terminan en manos de poderosos grupos. Una tarea empresarial en manos públicas o privadas para jugar la partida del poder. El aparato democrático establece unas normas de juego, un voto como ladrillo angular de la sociedad moderna. La acción electoral determina la fuerza y potencia de los jugadores en función de los votos obtenidos y las mayorías conformadas. Es la legitimación del modelo que determina fuerzas y resultados. Captar la intención de voto, atrapar al votante mediante el juego de las ofertas cautivadoras o las promesas de difícil cumplimiento, o fidelizar a los votantes enganchando a partidos, programas o estilos de comunicar son factores de acción sociológica fundamental en la construcción de la opinión pública. Es manifiesta la alineación de los medios en el juego de las votaciones sometidas al imperio de la legislación electoral. Estos elementos necesarios para la buena marcha de las instituciones deben tener un desarrollo ponderado y equilibrado para la salud democrática difícil de mantener y fácil de perder vigor y juego ciudadano. De momento, el orden mundial de la información y la acción política no se rige por principios democráticos, y son más las vulneraciones del respeto a la ley; tarea urgente y grave, pendiente para el desarrollo de la paz y el bienestar mundial.