El 25 de diciembre de 1997, mientras intentaban escalar el Annapurna en invierno, el legendario alpinista kazajo Anatoli Boukreev y su compañero Dima Sobolev perdieron la vida en un alud, del que se salvó por los pelos el por entonces joven promesa italiano Simone Moro, que posteriormente se ha encaramado a cuatro ochomiles en invierno, uno de ellos, el Nanga Parbat, junto a Alex Txikon. Precisamente, Alex Txikon está ya en el Annapurna dispuesto a encaramarse en su cumbre en invierno, algo que solo lograron en 1987 los tremendos polacos Kukuczka y Hajzer. El de Lemoa, a sus 42 años, ya acumula Nanga Parbat y Manaslu en invierno y pretende cerrar su tercera cumbre en esta estación, algo que muy pocos han logrado previamente y que confirmaría su especial dureza para las condiciones más salvajes, coincidiendo con el 20º aniversario de su llegada a las grandes cordilleras, puesto que ya en 2003 subió el Broad Peak en verano con tan solo 21 años. No en el Himalaya sino hacia el Karakorum se encamina el colosal Denis Urubko, posiblemente el ochomilista más brillante en lo que va de siglo, que afronta las paredes vertiginosas del Gasherbrum I, ascendido el 9 de marzo de 2012 por los polacos Adam Bielecki y Janusz Golab. La cuestión aquí es que Urubko, que dice respetar la cima polaca, considera que el invierno como tal empieza el 1 de diciembre y acaba el 1 de marzo, con lo cual él –y otros– no cree que las cumbres logradas en marzo sean cumbres invernales, lo que lleva a que, a su juicio, si él la consigue sería el primero en obtener una invernal real al Gasherbrum I. Del mismo modo, esta teoría suele eliminar los días entre el 1 de diciembre y el solsticio por ser más suaves, dejando la franja entre el 21-22 de diciembre y el 1 de marzo. El kazajo, que cuenta con los catorce ochomiles, varias rutas nuevas y dos primeras invernales –Makalu y Gasherbrum II–, es capaz de casi todo.