Hace un año por estas fechas escribía una columna titulada “Un granito de arena, una montaña de bien”, en la que recordaba cómo en Gipuzkoa, a pesar de ser un territorio con altos niveles de bienestar, aún hay desafíos que afrontar, especialmente en lo que respecta a la pobreza y la exclusión. Es inspirador ver cómo la comunidad, junto con instituciones como Cáritas y tantos proyectos que dependen de la acción social de la Iglesia, trabaja para mejorar la vida de quienes más lo necesitan.

La invitación a marcar la “x” en la declaración de la Renta es un gesto sencillo, pero poderoso. Es un recordatorio de que, aunque cada uno de nosotros pueda sentir que nuestras acciones son pequeñas, juntas pueden provocar un gran cambio.

Se trata de una forma concreta y positiva de contribuir al bien común, apoyando la labor de una institución que, entre luces y sombras, sigue queriendo ser fiel a su vocación de servicio a la sociedad. Poner la “x” en favor de la Iglesia y también “en favor de otros fines sociales” es, además, un derecho que se nos brinda y cuyo ejercicio han de facilitar las instituciones públicas.

Es un gesto, además, que lo puede hacer todo el mundo, independientemente de su fe, reconociendo el impacto positivo que la labor de la Iglesia tiene en la sociedad, a través de tantos proyectos propios y en colaboración con tantas otras instituciones.

El número de personas en Gipuzkoa que decidió contribuir con sus impuestos a la labor de la Iglesia subió de forma significativa en la última campaña de la Renta de 2023. No puedo sino dar las gracias, de corazón y en nombre de la comunidad cristiana a tantas guipuzcoanas y guipuzcoanos que marcan libremente la casilla con su “x”.

El porcentaje de contribuyentes que marcaron voluntariamente y valoraron realizar conscientemente este pequeño gesto, subió un 3,47% respecto a la campaña anterior, pasando de un 14,01% a un 17,48%. Interrumpiendo el proceso de caída constante de los últimos años en el porcentaje de declaraciones.

El resultado que arrojó la campaña de la Renta de 2023 en favor de la Iglesia supuso un pequeño pero significativo aumento del número de declaraciones, del porcentaje de declarantes a favor de la Iglesia respecto al total de declaraciones de la renta, así como de la cantidad recaudada. Por esas razones, solo puedo reconocer y agradecer desde el corazón este empeño que a todos nos favorece. Eskerrik asko! Muchas gracias porque todo ello no sería posible sin la buena voluntad de tanta gente.

Este importante impulso nos hace ver, por otra parte, que todavía queda mucho por hacer. Me sorprenden los datos que indican que casi el 40% de los declarantes en Gipuzkoa no marquen ni la “x” a favor de la Iglesia, ni a favor de “otros fines sociales”. Dejando que muchos recursos que podrían ser destinados a estas labores queden sin asignar específicamente a algo que podríamos elegir, frustrándose este derecho a decidir que nos es propio. Si todos ejerciéramos bien y con mayor consciencia este derecho, contribuiríamos de forma muy notoria al bien de muchas más personas, especialmente, al de las que más lo necesitan.

Es probable que en los procesos de autoliquidación de la renta y en las declaraciones que se encargan a asesorías y otros mediadores, quizá no se ponga la atención necesaria a la hora de marcar la “x” y ejercer con mayor consciencia este derecho. Todos sabemos ya que este sencillo gesto no cuesta nada. No nos cuesta nada en nuestros impuestos. No perjudica a nadie, sino que favorece a muchos. Por eso, desde la comunidad cristiana de Gipuzkoa invitamos a marcar ambas “x”, duplicando la asignación que podemos hacer, para que la ayuda pueda llegar al mayor número de personas posibles.

Invito expresamente a todas las personas que hacéis la declaración en estas próximas semanas a que pongamos un especial cuidado en verificar estas casillas personalmente o al pedir a quienes las rellenen en nuestro nombre. Sea como fuere, no dejemos de marcar esta doble “x” desde nuestra opción consciente y libre.

Nuestra querida Gipuzkoa es tierra de gente generosa y sabe lo que supone unir pequeños esfuerzos en la búsqueda del bien común. El compromiso y solidaridad real con lo que a todos nos toca es algo que nos define. El cuidado y la atención a los más débiles forma parte, sin duda, de nuestra más genuina identidad.

Reitero mi gratitud de nuevo a todas y a todos. Ojalá que el año que viene pueda escribir esta misma columna dando cuenta de que cada vez son más los que, desde su opción libre y voluntaria, desean contribuir al bien común por medio de este sencillo gesto que nos compromete a todos como sociedad, “por tantos” que siguen necesitando de nuestra ayuda y colaboración.