Un día después de que La 2 lograra en el minuto de las campanadas más audiencia que Tele 5 y Cuatro juntas, la cadena de la rima fácil -a la fuerza ahorcan- reabría las puertas de Gran Hermano, ahora en su versión Dúo. Esta vez el concursante es el nietísimo de la Campos, hijísimo de Borrego y sobrinísimo de Terelu al que han rodeado de un montón de concursantes de ediciones pasadas de este y otros realities de la cadena, algunos a los que casi ni les ha dado tiempo a tomar las uvas fuera porque acababan de salir de la casa de Guadalix cuando ya están otra vez dentro.
Con el show de Truman montado en el que el nietísimo finge no saber nada del concurso y el resto no saber que son marionetas a merced de la cadena, el programa arrancó con una gala larguísima y arrítmica donde sus responsables montaron parejas y tríos de concursantes sin ninguna lógica ni concierto mientras algunos de ellos se empeñaban en sobreactuar de manera burda tirando tejos y mostrando enfados que se les pasaban en cuanto Carlos Sobera pasaba a otra cosa y creían que la cámara dejaba de enfocarles.
Como si la vida de esta gente se parara en seco cuando no acuden a un plató, Sobera nos presentó el conflicto del nietísimo con su mamá, que nadie se cree ya, como había quedado hace meses en el penúltimo capítulo de De Viernes, antes de que otro hijísimo, el de Bárbara Rey, le quitara el puesto y después la propia Bárbara se lo quitara a los dos hijísimos. Y digo penúltimo porque en el último, mamá y retoño ya estaba reconciliadísimos con ayuda de la tita, pero eso por lo que sea a Sobera no le interesó contarlo y prefirió volver atrás en el conflicto familiar resuelto que muchos tememos que nunca existió, y era solo una trama más para que otro miembro de la familia se colara delante de la cámara, que es donde pagan más. Así que ahí nos plantaron el vídeo de mamuchi deseando suerte al retoño antes de que, por misterios de la vida telecinquera, acabe defendiéndole en plató, que esta familia es como los yogures y van en pack indivisible de dos o cuatro, en función del precio.
Por allí han colado también a la señora del hijísimo de Bárbara Rey (él ya estuvo en Supervivientes), y hasta exconcursantes que se han liado con otros exconcursantes con los que ni coincidieron en su reality porque todo en esta cadena es muy endogámico.
La casa goza ahora de suite para los elegidos y de catres (que nadie sabía lo que era) para los castigados a dedo, que ni hace falta que concursen en pareja porque GH Dúo como todo GH se juega como le da la gana al programa y va cambiando las normas según les conviene.