Aquí estoy, trabajando el puente y todavía no he visto las luces de Navidad. Encendidas, quiero decir. ¿A qué hora se apaga el espíritu navideño en esta ciudad? Cuando entro a currar es de día y no hay luces navideñas encendidas, pero cuando salgo, allá por la medianoche, están todas apagadas otra vez. Es como si viviera en un noviembre perpetuo, con las luces ya colocadas en las calles, listas para encenderse, pero nunca las veo encendidas. Es algo que me ocurre todos los años y así, claro, es complicado que el espíritu navideño se apodere de mí. Y mira que lo intento, si en verano hay tipos que se plantan con los brazos abiertos y el pecho palomo mirando al sol para quedarse con toda la vitamina D de la playa, pues yo quiero hacer lo mismo pero en diciembre en cada arco luminoso que atravieso y cada árbol navideño con el que tropiezo... a ver si me lleno de espíritu navideño y se me quita la cara de mala hostia. Lo de que silencien la turra de Mariah Carey lo entiendo, no son horas, pero las lucecitas, ¿hay alguna norma que diga que hay que apagar la Navidad antes de las doce?, ¿por qué no dejan las luces hasta las doce y poquito, que todavía hay currelas volviendo, paseadores de perros y hasta fumadores clandestinos? No digo yo que haya que dejarlas toda la noche encendidas, como los balcones de algunos vecinos, pero si acaso otro ratito, a ver si es verdad que las luces dan calor navideño o te queman tanto como el Sol.