El 5 de mayo de 2011 los corazones de miles de abertzales reunidos en Bilbo e Iruña latían con fuerza. Se palpaba ilusión, esperanza, necesidad imperiosa de dar paso a una nueva Euskal Herria. Pero también incertidumbre y cierto temor a lo que ese paso pudiera significar.

Entre aquellas miles de personas que vivieron in situ o desde sus hogares la decisión del Tribunal Constitucional de dar luz verde a las candidaturas de Bildu, estaban muchos afiliados y afiliadas de Eusko Alkartasuna. Las imágenes recogidas por los medios son fiel reflejo de nuestra presencia allí.  

La afiliación de EA actuó como siempre ha hecho, con responsabilidad, altura de miras y siguiendo al pie de la letra los principios fundacionales de nuestro partido. Era el momento y la situación de nuestro país nos lo exigía.

En aquel momento hicimos una apuesta clara por dar voz y representación a quienes no la tenían. En aquel momento hicimos una apuesta inequívoca por superar una situación de violencia que, además de una inmensa tragedia personal para todas y cada una de las víctimas, suponía una lacra para nuestro país. Los afiliados y afiliadas de EA hicimos una apuesta sin ambages, asumiendo con ella el riesgo de nuestra propia ilegalización, pero en aquel 2011, los hombres y mujeres de EA debatimos, decidimos y apostamos, con valentía, por dar el paso que dimos, huyendo además de situaciones que pudieran ser políticamente mucho más cómodas.

Así nacieron un sinfín de candidaturas plurales en las que la tradición socialdemócrata de EA compartía propuesta electoral con la tradición de una izquierda abertzale que había optado definitivamente por la exclusividad de las vías políticas. Pluralidad, trabajo en común entre diferentes, eso era lo que transmitían todas y cada una de las listas electorales de aquel 2011.

El devenir del tiempo ha demostrado que aquella pluralidad ha sido laminada con la conversión de EH Bildu en partido único. Muestra de ello son las candidaturas actuales con la ausencia de hombres y mujeres de Eusko Alkartasuna en multitud de municipios, incluido Bilbao, o la única presencia de Sebe Txoperena en las listas al Parlamento de Nafarroa, quien precisamente no cuenta con aval alguno por parte de la militancia de su territorio y cuya inclusión en las listas, a través de la imposición, deja huérfana a una parte del electorado. Una práctica que ha supuesto el acaparamiento absoluto por parte de la izquierda abertzale de un proyecto que nació plural.

EH Bildu celebró en el día de ayer en Bilbao el aniversario de Bildu, olvidando nuevamente a la ciudadanía navarra que fue un agente indispensable en aquellos inicios. Y lo hizo además asumiendo con aparente naturalidad que Arnaldo Otegi sea exponente máximo de la “pluralidad” de aquel proyecto que nació en 2011.

No sólo eso, sino que en esta celebración de un proyecto nacido, entre otras cosas, para dar voz a quien no la tenía, exhiben a una Secretaria General de EA que sistemáticamente se niega a dar voz a su propia afiliación, cercenando los derechos democráticos básicos de la militancia.

Para la mayoría aplastante de los afiliados y afiliadas de EA, esos que sí estuvimos en los inicios de Bildu, esta presencia de Eva Blanco no puede suscitar sino extrañeza e incluso indignación.

Este acto de ayer refleja lo que desagraciadamente está ocurriendo: un proyecto, Bildu, EH Bildu, que nació precisamente para dar voz y representación a quienes en ese momento no la tenían, está dando amparo y cobijo, de manera descarada, a quien se niega a dar voz a la militancia de EA.

Un proyecto que exige el derecho a decidir, ampara, protege y da voz a una secretaria general de EA sobre la que pesa una sentencia por haber vulnerado los derechos fundamentales de su adversario político y que se niega a repetir unas primarias (tal y como le ordenan los juzgados), con el único objetivo de no dar la voz a los y las afiliadas de EA.

EH Bildu ampara, protege y da voz a una secretaria general de EA que vulnera los derechos de participación de los y las afiliadas, día tras día, que vulnera los derechos de los y las afiliadas que sí apostaron por Bildu en 2011.

EH Bildu ampara, protege y da voz a una secretaria general de EA sobre la que pesa otra nueva sentencia que le condena por haber expulsado de forma irregular a compañeros y compañeras de partido, discrepantes como muchos otros afiliados y afiliadas con la línea política de la actual dirección, la de diluir EA en EH Bildu.  

EH Bildu lanza a los cuatro vientos soflamas en favor de la libertad de expresión, mientras ampara, protege y da voz a una secretaria general de un partido que denuncia y silencia a sus contrincantes políticos en Twitter.

Queda un largo camino para recuperar la ilusión que EH Bildu despertó en el 2011. La ilusión de cambiar el panorama político, la ilusión de otra forma de hacer política, la ilusión de gobernar este país, la ilusión de mejorar las condiciones de vida de los y las vascas, sin conformarse con ser los eternos subcampeones. Y eso comienza por la coherencia propia y por el respeto al pluralismo que fue lo que propició el nacimiento de Bildu. l